La pasión está desatada en la casa de GH Revolution. Desde que Alyson llegó a Guadalix, la temperatura ha ido subiendo poco a poco. Parte de la culpa la tiene, claro, Rubén. La pareja comenzó con un tímido beso debajo del puente de la piscina y, poco a poco, se han ido animando hasta ya estar pensando en pedirle al súper una hora sin cámaras. Eso sí, la ganadora de GHVIP tiene muy claro que no piensa caer en esta tentación. Pero, ¿por qué?
Alyson está viviendo este GH Revolution como si fuese su edición de GH VIP. La reportera se ha entregado al formato en cuerpo y alma y no piensa dejar perder ni un minuto de diversión en la casa. Claro que, en eso, tiene mucho que ver Rubén. El concursante y la reportera han congeniado a las mil maravillas y se muestran cada día más próximos. Lo que empezó con un tímido beso se ha convertido en la gran historia de amor y pasión de la edición.
Carlos Lozano, que no se pierde ni una, ha querido empujar a la parejita para que dieran un paso más. “No sé, pero os veo en una hora sin cámaras”, les dijo el presentador, a lo que Alyson respondió con una negativa tajante. “Pero si te la pide el chaval... Hemos venido aquí para apoyarles, ¿no?”. A Rubén le faltó el tiempo para incidir en la broma y poner la hora sin cámaras sobre la mesa. Una iniciativa que, por el momento, Alyson no contempla.
“¿Y si pedimos una hora sin cámaras pero, en vez de sexo, nos das un monitor, dos mandos y jugamos al 'Mario Kart'?”, le pidió la reportera al súper. “No”, respondió Rubén muy serio. El concursante empieza a mosquearse un poco por las evasivas de Alyson y quiso saber, exactamente, el motivo para no querer hacerlo. “Porque ya lo he hecho y no lo voy a hacer aquí dos veces”, le explicó. Eckmann ya pidió una hora sin cámaras en su edición de GH VIP y no quiere repetir.
Con todo, por la noche, la parejita aprovecha para acercarse y ponerse de lo más románticos. “Veinte minutos sin cámaras”, le pidió Rubén a Alyson, pero nada. La de Seattle tiene muy claro que, por el momento, no está dispuesta a pasar por lo mismo. ¿Conseguirá que cambie de opinión? Si algo hemos aprendido de Aly es que es imprevisible. El día menos pensado...