Brad Pitt (52) ya dejó claras sus intenciones poco después de empezar su relación con Angelina, cuando dijo que quería criar un equipo de fútbol entre hijos biológicos y adoptados. Al final, el actor se ha quedado con poco más de medio equipo: seis. Siguiendo con el fútbol, ahora es Brad el que ha visto la tarjeta roja en las manos de la que ha sido su pareja durante doce años y su esposa menos de dos. Angelina Jolie (41) ha hecho una salida dramática de su espectacular hogar de Los Ángeles, llevándose consigo a ese medio equipo de fútbol –con tres hijos biológicos y tres adoptados– y refugiándose en una mansión en la localidad costera californiana de Malibú.
La noticia de que su amor de película ha acabado ha sido una bomba en Hollywood y en menos de una semana, con el proceso de divorcio ya en marcha, se han empezado a airear trapos sucios, a pesar de que Brad Pitt pedía en un comunicado respeto por el bien de sus hijos. La lucha por la custodia de los niños y por una fortuna estimada en 400 millones de euros, ha destapado la caja de los truenos. Y no ha hecho más que empezar.
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