Lo consiguieron. Alberto Márquez y Ana Ribera ya son marido y mujer. El empresario y la modista reconvertida en diseñadora se han casado esta noche y lo han hecho a lo grande, con un capítulo final en el que los espectadores hemos disfrutado de quince minutos en directo, como si de una obra de teatro se tratara.
La chispa entre Alberto y Ana saltó en el capítulo uno, cuando ella, una dulce huérfana llegó a las glamurosas Galerías Velvet para vivir con su tío Emilio y aprender el oficio de costurera. Entre inocentes cruces de miradas y avioncitos de papel lanzados al aire, Alberto y Ana se convirtieron en inseparables compañeros de juegos y algo más, hasta que el padre de él lo mandó a estudiar a Londres para ver si se hacía realidad eso de que la distancia es el olvido. Con Alberto, la estrategia no surtió efecto.
El joven empresario regresó al cabo de unos años decidido a relanzar las galerías y unir su futuro al de Ana, a quien no tardó en pedirle la mano en una romántica velada. Pero Cupido es caprichoso y después de que el suicidio de su padre lo dejara en la ruina, Alberto se vio obligado a salvar el negocio comprometiéndose con Cristina Otegui, una heredera de risa fácil por quien llegamos a sentir simpatía hasta que descubrimos que podía competir con Maquiavelo en cuestión de intrigas y malas artes. Alberto Márquez convirtió a Cristina en su mujer mientras seguía pensando en Ana, en los románticos momentos vividos en esa terraza de las galerías que fue rincón secreto de la pareja, donde ambos hicieron planes de futuro, rieron y se amaron, y en la que Ana se refugió para llorar cuando creyó que su amor había muerto en un accidente aéreo y ya no podría conocer a su hijo.
La semana pasada Alberto volvió a la vida de Ana, y ambos se fundieron en un interminable beso bajo la lluvia. Hoy la pareja se ha dado el sí quiero y ya hay quien apunta la posibilidad de un posible spin-off de Velvet que tendría como protagonistas a Albertito, hijo de Alberto Márquez, y Cristinita, la hija que Otegui tuvo con un empleado de las galerías cuando trataba de mantener a Márquez a su lado. Todo se verá.