Rocío Flores habla por primera vez con los medios en el homenaje a Rocío Jurado

La nieta de la más grande no se quiso perder el homenaje a su abuela en el cementerio de Chipiona

El vacío que dejó Rocío Jurado en sus más allegados aquel triste 1 de junio de 2006 fue enorme y creó un cisma en la familia que, a día de hoy parece imposible de salvar. Ni siquiera la honra de su recuerdo en el décimo aniversario de su muerte ha conseguido hacer que vuelvan a estar juntos.

Hoy, diez años después de que se apagara su llama, se reunía parte de la familia para homenajearla con una ofrenda floral multitudinaria en el cementerio municipal de San José de su Chipiona querida, donde quiso ser enterrada. Dolidos por el recuerdo a 'la más grande' (y por no haber sabido mantener unidos), han presidido el acto su viudo José Ortega Cano, su hija Gloria Camila, apoyada en todo momento por su novio Kiko; sus hermanos Amador y Gloria Mohedano, y el marido de ésta, José Antonio Rodríguez.

De nuevo, las ausencias empañaban un acto por la gran mujer, madre, hermana, amiga y confidente alrededor de la que orbitaron todos los miembros de su familia. Y de nuevo, en un acto, volvía a faltar su hija, Rocío Carrasco. Tampoco estuvo José Fernando, hijo de la artista, que sigue en el programa de desintoxicación y según su padre prefería no estar presente porque estos actos con medios le ponen nervioso.

La gran sorpresa del acto conmemorativo fue la presencia de Rocío Flores, que ha viajado desde Málaga, donde reside con su padre Antonio David y su mujer Olga, para no abandonar en la emoción y el desgarro que producen esta clase de eventos a su familia, y mucho menos a su tía Gloria, a la que se siente muy unida y a la que siempre ha considerado una hermana.

Gloria ha estado visiblemente muy emocionada y casi no podía hacer declaraciones debido a que el llanto se lo impedía. Quien sí hablaba era su sobrina, Rocío Flores. “Todos los recuerdos que tengo son bonitos. No hay día que no me acuerde ella. Tengo dos objetos de mi abuela que guardo con mucho cariño, una cadena y un rosario”. Toda la familia se ha volcado con la hija de Rocío Carrasco y Antonio David, quien no fue invitada por su propia madre al homenaje que ella organizó en Madrid.

Gloria Mohedano se ha acordado de su excuñada, Rosa. “Se la ha echado de menos. Siempre se echa de menos a la gente que una quiere y yo a ella la quiero”. Benito envió un ramo de flores en su nombre y en el de sus hijos, que tampoco pudieron asistir porque estaban trabajando. Ella comprendió que ese no era su lugar y deseaba dejarle la máxima intimidad a los Mohedano. “No era mi sitio. Pero sí he mandado unas flores en nombre mío y de mis hijos. Creo que con Amador se sentiría incomodo. No era mi lugar, ese era un momento de ellos”, confesó en ‘Sálvame’.

Este sábado se espera un segundo acto de homenaje en el santuario de la Virgen de Regla, imagen en la que Rocío Jurado tenía mucha fe.