Tres preguntas (sin respuesta) sobre la desaparición de Álvaro Prieto, según Nacho Abad

Nacho Abad, experto en sucesos, ha querido formular las tres principales incógnitas sobre la desaparición del futbolista Álvaro Prieto

JC
José Confuso

Director digital de Lecturas

Álvaro Prieto

Álvaro Prieto milita en el juvenil del Córdoba CF.

Twitter @CordobaCF_ofi

La desaparición del joven Álvaro Prieto sigue teniendo a la policía en máxima alerta. El futbolista del filial del Córdoba desaparecido el pasado 12 de octubre y del que no se ha vuelto a tener constancia. Era su madre quien aseguraba que a su hijo debían haberle atropellado o haberse montado en el coche que no debía. Dos hipótesis que puede manejar también la policía encargada del caso. No obstante, son muchas más las incógnitas que pesan sobre esta extraña desaparición que mantiene al país en vilo. Ha sido el periodista Nacho Abad, conductor de ‘Código 10’ y experto en sucesos, quien ha querido formular 3 preguntas que todavía no han encontrado respuesta y que podrían lograr reconducir, al menos, los pasos del joven

Lo que sabemos hasta ahora es que Prieto había viajado desde Córdoba hasta Sevilla para salir de marcha con sus amigos. Tenía planeado regresar en el tren de las 7:35 de la mañana a su casa. En un momento dado de la noche, se da cuenta que le quedan solo 15 minutos para la salida del tren y que no llegará a tiempo. ¿Qué hizo? Al parecer, corrió para intentar coger el tren pero no lo consiguió. De camino, mandó un mensaje a un amigo con el que había estado.

Primera incógnita del caso de Álvaro Prieto

¿Por qué no tomó un taxi hasta la estación? Al tratarse de un deportista de élite, es lógico que pensase que podría correr hasta llegar para coger el Ave, no obstante, el trayecto en coche es de pocos minutos mientras que andando, según se ha asegurado, supera los 40 minutos. Puede que intentarse coger un vehículo y que no hubiese ninguno disponible, algo habitual cerca de las zonas de marcha y a esas horas de la madrugada. También se baraja la posibilidad que no tuviese suficiente batería en el móvil y prefiriese no consumirla.

Lo que sí es cierto es que Prieto llegó hasta la estación pero el tren ya se había marchado. Los testimonios de parte del personal de Renfe así lo corroboraron en sus declaraciones. El joven les explicó que había perdido el tren y que no tenía batería en el teléfono. Tampoco contaba con dinero en metálico ni tarjetas para comprar otro billete. Solo tenía su móvil pero, claro, no funcionaba.

Seguna incógnita en el caso de Álvaro Prieto

¿Qué ocurrió entre los trabajadores de Renfe y el futbolista? ¿Ofrecieron estos un cargador para que Álvaro pudiese, al menos, revitalizar su teléfono y poder avisar a sus padres? Según relata Abad, algunos testigos presentes sí ofrecieron sus teléfonos al joven pero este los rechazó. ¿Por qué? Es plausible que Prieto no conociese de memoria los teléfonos de sus padres y tampoco pudiese hacer ninguna llamada si no fuese con su propio teléfono. Aun así, ¿buscó algún tipo de cargador para poder, al menos, enviar un mensaje? Esto no está demostrado.

Prieto intentó colarse en el siguiente tren con parada en Córdoba sin pagar el billete. Una opción que tampoco salió bien, ya que los miembros de seguridad de la estación se dieron cuenta y le echaron de las instalaciones. Los testigos presentes aseguraron en sus declaraciones que el joven se marchó andando del lugar. Pero ¿hacia dónde?

Y tercera pregunta sin respuesta del caso de Álvaro Prieto

Es aquí donde todo cobra la mayor relevancia. ¿Dónde fue Álvaro Prieto? El joven se marchó andando de la estación pero se desconoce con qué destino y con qué intenciones. ¿Iba a reunirse de nuevo con sus amigos? ¿Hizo auto-stop para poder llegar a su casa? ¿Intentó regresar andando hasta su hogar? Son preguntas que, por el momento, no han obtenido respuesta alguna. Es aquí donde la madre del joven asegura que su hijo o bien fue atropellado o bien se introdujo en un vehículo equivocado. La policía sigue buscando algún rastro para determinar qué pasó con Álvaro Prieto.