Para qué mentir. Nosotros somos de los vamos a echar de menos GH VIP. La edición de famosos del reality de Guadalix de la Sierra nos hace descubrir facetas humanas, o divertidísimas, o maquiavélicas o repugnantes (según toque)… de esas personas que conocemos en otras facetas de la vida pública. Siempre correctas. Siempre sin mácula. Tocaba descubrirlas como todo hijo de vecino, mal peinados al despertarse, con malos días, con buenos y siendo 100% ellos mismos. Sin trampa ni cartón.
Pues nos hemos quedado sin todo eso y sin un montón de momentazos que las anteriores ediciones nos han procurado. Como la cancelación nos ha puesto nostálgicos, hemos repasado algunos de nuestros favoritos. Eso sí, son solo de las tres últimas ediciones, esas que de verdad hacen que nos duela la retirada del reality.
- Belén, creadora de tendencias. Ganadora de la tercera edición donde revalidó su título de mujer más polémica del país. O la amas o la odias. O te compraste el pijama de leopardo morado y te hiciste tu propia camiseta ‘Andrea, te quiero’ o votaste con ansia viva para que la expulsaran. De un lado o de otro, reconoced que las prendas ‘belenistas’ fueron un súper hit en el año 2015.
- Ivonne lanzando indirectas a Pepe Navarro. Estando dentro de la casa, la dirección convino que había que avisar a la presentadora de lo que estaba ocurriendo fuera: una prueba de ADN había demostrado que el hijo de Ivonne no era de Pepe Navarro. A raíz de entonces, la venezolana no paró de lanzar pullas al comunicador, llagando a decir que por su culpa habría sido vetada en la televisión.
- La noche de los mil Kikos Rivera. La entrada del DJ se produjo en la edición tercera, cuando esta ya había dado comienzo. El hijo de Pantoja entró junto a otros tropecientos ‘dobles’ y sus compañeros de casa fueron incapaces de descubrirle. ¡Qué bien se camufla!
- El pequeño Nicolás y su ‘cate’ en geografía. Fue uno de los personajes más buscados y solo GH VIP consiguió demostrar que, pese a su apariencia, se escondía un chaval normal de su edad, con las clásicas carencias en Geografía e Historia propias del sistema. Bueno, quizás las suyas vayan un poco más allá, pues fue incapaz de localizar Australia en un mapa. Va a ser que no es problema de la ESO.
- Laura Matamoros se reencuentra con su padre. La joven, que ahora está embarazada y es una de las ‘influencers’ con más trabajo, entró al programa estando enfadada con su padre porque ella creía que este se posicionaba más del lado de Makoke que del de sus propios hijos. Laura se vino abajo cuando, en la prueba del hotel, le vio esperándola en el salón. La youtuber se deshizo de su armadura y demostró que Kiko es alguien importantísimo para ella.
- Laura y las tiranteces con su ‘hermanastro’. Quiso el casting de la edición cuarta que Javier Tudela compartiese encierro con Laura. Él es el hijo de Makoke, y parece que jamás se ha llevado muy bien con la que podría considerar ‘hermanastra’. Procuraron no dirigirse la palabra, ni mirarse si quiera. Eso sí, se nos quedó grabada la manera en la que la joven se dirigía a él, “pistos”. No la hemos parado de usar desde entonces en nuestra vida cotidiana.
- Andrea Janeiro. Ya, vale que no participó, pero estando Belén dentro, Andreíta fue una protagonista más. La llamada por teléfono, con su “mamá, que lo he aprobado todo”, y la Esteban preocupadísima por si la niña no tenía maleta para el viaje de fin de curso fueron ORO. Nos sabemos de pe a pa la conversación.
- Ares Teixidó en plan Carrie. Completamente llena de sangre y vísceras, su papel era aterrorizar a sus compañeros acerca de lo que se iban a encontrar en una misteriosa habitación. Hizo tal papelón que casi la nominan al Goya ese año.
- El triángulo de amor bizarro protagonizado por Alyson Eckmann, Marco Ferri y Aylén Milla. La americana y el italiano tonteaban a saco. Entre los dos parecía haber cierta atracción… aunque también existía un problemilla llamado Aylén, novia de él. Cada uno de los vértices de este triángulo acabó por su lado.
- El ‘Polock’ de excrementos cortesía de Aída. Se trata de uno de los momentos más escatológicos de la televisión. Intuir a Aída defecando y, después, esparciendo las heces por el baño a modo de venganza para que sus compañeros no sean unos guarros (¡vaya tela!) es demasiado. La cara de Daniela Blume, que contempló la estampa nos representa. Perdonadnos pero tenemos que parar aquí, ya hemos tenido suficiente humanidad famosil