Hoy ha llegado su gran momento: el de responder a Belén Esteban y a todas las acusaciones que lleva escuchando desde hace un año. Toño Sanchís se ha sentado para hablar con Ana Rosa Quintana y no se ha dejado ningún tema en el tintero.
Hemos podido ver a un Toño sensible, visiblemente emocionado y que se dejaba llevar por sus sentimientos, hasta el punto que en alguna ocasión ha perdido los nervios. Su paso por el programa matutino nos deja los siguientes bombazos:
Mi padre siempre me decía: Hay luz al final del túnel. Ha dicho al arrancar la entrevista, mostrándose de lo más emocionado al respecto. Hasta hemos visto asomar las lágrimas a los ojos del mánager.
Me cuesta mucho decir su nombre. A una persona que la he querido muchísimo. En toda la entrevista, se refiere a Belén como “ella” o “esa persona”.
Estaba en mi despacho, haciendo un skype de trabajo y tenía puestas mis teles. Y me quedé en shock de lo que estaba escuchando. No daba crédito. Así cuenta cómo vivió cuando se enteró el destape del ‘toñogate’.
Es una superviviente de la mentira. Ha hecho de la mentira su día a día.
Yo no soy su gestor, yo no administro su dinero.
Yo conozco a esta persona en los carnavales de Tenerife. Yo fui con un representado mío. Fue un flechazo profesional. Intercambiamos los teléfonos y nos reunimos y me dijo que quería trabajar conmigo. Yo le dije que lo ético era que le avisara a Amador. Aquí viene la primera mentira. Yo me confío, hago las primeras gestiones, era una época muy complicada para ella, tanto laboral, como personal como de salud, y me dice que Amador lo sabe. Nos vamos a Estambul a hacer un reportaje, y cuando sale el reportaje me llama Amador y me dice que no entiende nada. “Nadie me ha dicho nada”, y ya empezó haciendo el barullo. Tuve una movida muy grande por eso. Así explica cómo se conocieron.
Me sentía muy orgulloso de trabajar con ella. Hemos sido un gran equipo. Pensaba que éramos indestructibles. La gente alucinaba con nuestra complicidad.
Ha sido el gran personaje de este país. Ahora ya no, está de capa caída.
LA RECOGÍ en un punto mediáticamente fatal.
Su enfermedad la ha usado muchas veces para no venir a trabajar.
No soy co-responsable de nada. Se refiere a los problemas de salud.
Esta señora es muy influenciable y hay gente que también lo es y pone bombas. Ella me ha hecho muchísimo daño.
Del tema de albacea me entero en mi boda, cuando hace el discurso. “Mirad si le tengo confianza que lo he nombrado albacea”, pero a mi nadie me había preguntado si quería serlo, porque es una enorme responsabilidad. Yo no soy ningún tutor, aunque he ejercido. Para mí ha sido como perder una hija.
Cambiaría todo por volver a estar detrás. Yo he tenido la culpa. Entro a formar parte de manera indirecta en una telenovela de un programa que se emite aquí al lado (Sálvame) y yo entro a formar parte de otro personaje más. La culpa es mía.
Las pruebas, las que han querido considerables desde el despacho de abogados, las aportaré en el juicio. Muchas veces es mejor la calidad a la cantidad. Tengo pruebas contundentes.
No le debo dinero a Belén. Ni mi empresa.
Es generosa con el dinero porque no le cuesta. No le cuesta sudar el dinero. Ella se sienta en un prime time y cobra.
Yo me di cuenta cómo era Belén Esteban en GHVIP, cuando la veo a través de una pantalla.
Yo no me he perdido ni un solo cumpleaños de su hija. Ella no ha venido ni a uno solo de mis hijos.
El detonante de la ‘ruptura’ es GHVIP. Un momento muy crítico para ella, cuando se le quitan todos los apoyos, tanto de su propio apoyo, como en la calle y en las redes sociales, su actual pareja se echan las manos a la cabeza. Su propia familia está horrorizada con el personaje. Eso me contó él (Miguel).
Cuando yo la recojo, ya viene con una mochila de problemas con Hacienda. Su hermano me trajo una bolsa de Pryca llena de cartas de hacienda sin abrir. Y me dijo que denunciara al gestor, y el me dijo que él le había pasado todo pero que ella no quería pagarlo.
Guardé el dinero en mis cuentas, porque no sabía qué iba a ser de ella.
Así es como funciona el personaje, tirando mierda. No tiene ningún derecho a decir las barbaridades que dice.