Es una pregunta muy temida por ellos, y han sido muchas las veces que la han tenido que escuchar. "¿Qué os parecería si vuestro hijo quisiera ser torero?" Eva González y Cayetano Rivera lo tienen claro: "¡Que salga cocinero! Que lo máximo que le puede pasar es quemarse. Ojalá no pase", confiesan.
Y es que es inevitable pensar que, de tal palo, tal astilla. Pero sus afirmaciones son claras: "De ninguna manera será torero. De eso, ya me encargaré yo", aseguraba el padre del pequeño Cayetano. Pero, tras el estreno anche de La Voz Kids, el nuevo talent show que volverá a presentar Eva González, ser torero a pasado a segundo plano y las preguntan se dirigen a ser o no ser artista. La sevillana ha confesado que le aconsejaría a su pequeño si algún día decide presentarse a un concurso similar. "Bueno, lo primero que tendría que tener es talento. El de cantar, si sale al padre o a la madre, ya te digo yo que no lo tiene", contestaba.
Pero podría ser que el pequeño sorprenda a su familia con una voz privilegiada. La razón es una antigua creencia que dice que si una cantante le corta las uñas a un bebé por primera vez detrás de una puerta, ese niño sabrá cantar. Y fue precisamente Pastora Soler la primera persona que le cortó las uñas al hijo de Eva y Cayetano. La presentadora aseguró, entre risas, que no cumplió con el ritual al cien por cien, ya que le pidió a su amiga "que le cortase una sí y otra no" para "que no salga artista del todo, solo un poco".
Con una familia modelo y en un momento muy especial de su carrera profesional. Eva González no puede estar más orgullosa de su vida. Sobre su pequeño ha declarado que "es muy guapo y risueño", y a través de sus redes sociales podemos ver cómo disfruta de él cada día.
Por su parte, el diestro asegura que organizarse con los trabajos que tienen no es tarea fácil. "Eva en invierno pasa más tiempo fuera de casa que yo, pero ahora en verano soy yo el que pasa mas tiempo fuera. Casi somos una familia por turnos, pero es lo que hay". Sin embargo, la pareja se apaña estupendamente y se reparte las tareas del cuidado del pequeño Cayetano a partes iguales. "Me encanta pasar tiempo con mi hijo. La comida me cuesta un poco más, no es mi fuerte; soy un blando y en cuanto no quiere más, lo dejo, pero cambio pañales, le doy el baño y soy feliz así", confesaba.