Terelu Campos cuenta su calvario: "Me he venido abajo hasta querer tirar la toalla"

La presentadora se abre como y ofrece una desgarradora narración sobre la complicada recuperación de sus dos operaciones y cómo lo ha vivido su madre, María Teresa Campos

Terelu Campos 01

La entrevista que Terelu Campos ha concedido a Lecturas ha causado un gran impacto este miércoles. La presentadora, en conversación con su gran amiga Mila Ximénez, ha ofrecido un testimonio desgarrador del calvario que ha vivido estos meses de recuperación de dos complicadas operaciones. Terelu se sometía en octubre a una doble mastectomía y a una reconstrucción de pecho cuyo post-operatorio se complicaba. Solo un mes después, la devolvía al quirófano para un injerto de piel. Lo que iba a concentrarse en un mes de reposo y curas, se ha alargado hasta ahora cuando, recuperada y con fuerzas, ha reunido el valor para contar esta dolorísima experiencia que la ha cambiado para siempre y en la que reconoce que ha estado a punto de tirar la toalla.

Si ha habido una sensación que la ha acompañado en todo momento ha sido el MIEDO, en mayúsculas. Así lo expresaba durante la impactante narración de la doble mastectomía: "La sensación es: “¿Qué me ha pasado?”. Me habían dicho que esto era durísimo pero... Imagínate: primero el doctor Díaz Miguel tenía que hacer la mastectomía y no podía ser conservadora. Cuanto más rebañes, menos piel te deja, menos vascularización hay y más probabilidades de que en una persona con antecedentes de radioterapia esa piel no riegue y se necrose". Uno de los pasajes le ha resultado especialmente duro de explicar y, por supuesto, de vivir: "Me ha costado mirarme porque era una monstruosidad, en las curas veía como me cortaban la piel, los trozos negros del pecho. No he tenido ni cojones de mirar".

Tirar la toalla

Terelu ha tenido que sacar fuerzas de flaqueza, aunque ha habido momentos que, superada por el dolor, ha pensado que era imposible: "Voy camino de tres meses de recuperación, que se dice pronto. Me he venido abajo psicológicamente como nunca antes en mi vida. Una vez le dije a mi doctora en una de mis curas: “Ya no puedo más, voy a tirar la toalla”. Y me dijo: “Eso no es una opción”. ¿Me iba a quedar con una herida abierta?".

La colaboradora televisiva ha contado con el incondicional apoyo de su familia y de sus amigos íntimos. En la entrevista le ha dedicado un espacio especial a quien ha sido su guía, su máximo consuelo y su tabla de salvación en esta ardua travesía: su madre. María Teresa Campos no se ha separado de su hija en ningún momento. Ha sufrido con ella y, sobre todo, ha peleado a su lado, y se lo ha querido agradecer en esta dolorosa entrevista.

"Mi madre ha venido a todas las curas pero nunca he dejado que pase a verme nada. Hay cosas que para los médicos son naturales pero para cualquier persona es una monstruosidad. Al menos, lo era para mí. Mi madre me llega a ver el pecho así y no duerme el resto de su vida", reflexiona.

Dolor insufrible

La tertuliana ha refrescado en su memoria un episodio especialmente terrible tras unas curas: "¡Imagínate! Alguna vez no he podido contenerme y me he subido en el coche después de la cura y me he puesto a llorar, con ese llanto que es casi grito, y Gustavo [el chófer], me miraba como diciendo que la cara de mi madre estaba descompuesta.¡En qué condiciones estaría si no era capaz de contenerme delante de ella! Lloraba de la desesperación por decir: “¿Es que esto no se va a acabar nunca?”.

Agradecida con ella, ha declarado: "Quiero agradecer públicamente su apoyo, ha debido sufrir lo indecible, pero siempre se ha mantenido fuerte para ser mi bastón. ¿Sabes lo que significa para mí que mi madre, la pobre, todos los días haga el esfuerzo de quedarse sentadita en la sala de al lado? He llegado a tener curas de una hora".

La conclusión final de Terelu después de todo lo que ha tenido que pasar no puede ser más realista y terrenal pero, sobre todo, se trata ya de un episodio del que ya puede pasar página: "Ha sido tan terrible que creo que nunca volveré a ser igual, no sé si mejor o peor. Mi cuerpo nunca volverá a ser igual".