Ha sido una noche dura la de hoy en el plató de Sábado Deluxe. María Patiño iniciaba el programa anunciando al borde del llanto que su compañera Terelu Campos, que vuelve a padecer un cáncer de mama, se sentaría en los sillones del programa para enfrentarse a una de las entrevistas más duras de su vida. Tal y como decía Patiño: “Es hora de abrazarla pero sobretodo de escucharla”.
María iniciaba la entrevista pidiéndole a su compañera que “se quitara la coraza que siempre lleva”. Y Terelu no ha dudado en hacerlo. La colaboradora empezaba dando las gracias, tanto a sus seres queridos como al público y a María Patiño, que iba vestida de rosa por la lucha contra el cáncer. Pero la emoción y los nervios podían con ella y se derrumbaba frente de las cámaras.
“Estoy esperanzada y asustada. Ambas cosas. Esperanzada porque tengo la esperanza que cuando el próximo miércoles el doctor Díaz Miguel me opere, el análisis de ese tumor me de esperanzas. Esperanzas de no volver a pasar otra vez por todo”, le explicaba a Patiño.
Su compañera le preguntaba por el impacto emocional al recibir la noticia. “Me dicen que es superior a la primera vez”. “Es infinitamente peor”, sentenciaba Terelu”. Y añadía: “No tuve miedo cuando me diagnosticaron el primer cáncer. Supongo que por ignorancia”. Era entonces cuando la colaboradora narraba cómo se enteró de la fatídica noticia, en una revisión rutinaria por su primer cáncer, el pasado 28 de junio. “Tengo que reconocer que por primera vez me derrumbé”, se sincerizaba. “Estaba allí tumbada y me puse a llorar”. En ese momento la enfermera acudió a ella y le dijo que tenían que hacerle una biopsia para poder analizar el tejido que le habían encontrado. “Fue entonces cuando recordé seis años atrás, cuando noté en mi doctora que algo no iba bien”.
Terelu, que tuvo que enfrentar el duro revés sola, explicaba entre lágrimas cómo fue la llamada con su hermana tras la dramática noticia: “Intenté ser fuerte, pero no pude, María”. “He tenido y tengo miedo”, decía de las pruebas de los últimos días, en las que le aterrorizaban que le encontraran el cáncer en otra parte del cuerpo.
Pero sin duda la peor de las batallas estaba por llegar: “Llegar a casa de mi madre y contárselo (…)Su sufrimiento para mi es peor que el mío”. Antes de recibir una visita muy especial, Terelu daba toda una lección de fuerza y entereza: “La gente me pregunta de dónde saco las fuerzas… Pues yo creo que de muchas cosas: de las ganas de vivir y de la generosidad de las personas. Su sufrimiento para mí es peor que el mío”.