En un giro insospechadísimo de los acontecimientos El Tato, calificado como la nueva ilusión de Isabel Pantoja, ha sido despedido de su empleo en Cantora, donde trabajaba como mantenedor de la finca. El ya exempleado de la tonadillera recogió anoche mismo sus pertenencias de la casa y, en su adiós, le acompañó su actual pareja, que también es trabajadora en casa de Pantoja.
Tal y como ha puesto de manifiesto Israel López de ‘El programa de Ana Rosa’, Eduardo, como se llama de verdad Tato, ha sido despedido de manera procedente después de ausentarse dos días de su puesto de trabajo. Una falta que la familia Pantoja no ha pasado por alto y, dado el cariz de los últimos acontecimientos, han decido prescindir de sus servicios. El que hasta ahora era alguien cercano a Isabel ya no trabajará más para ella y, también en declaraciones exclusivas al programa, ha desmentido que con ella haya tenido una relación especial, “era solo mi jefa”. El extrabajador se ha mostrado muy molesto por la información que ha salido de él, acerca de un pasado conflictivo. Además, no faltaron las voces en acusarle de mujeriego a este divorciado de 47 y dos hijos, con los que no se habla.
Como decimos, Tato fue visto llegando a última hora de la tarde ayer a Cantora donde se le informó que había sido despedido. Según Israel, el estado de Tato no era el mejor para afrontar una circunstancia como esta, puesto estaba “ebrio”. La familia Pantoja quiso contar con el apoyo de una patrulla de la Guardia Civil por si, a la hora de pedirle a este que abandonara la finca, se mostraba problemático. Al final, no hizo falta su intervención y Tato fue conducido fuera de la casa por alguien cercano, mientras que, en otro coche, su pareja viajaba con todas sus pertenencias. Según el periodista de ‘El programa de Ana Rosa’, esta no había sido despedida sino que ella, en solidaridad con su compañero, habría acompañarle.
Tal y como se han desarrollados los hechos, Tato considera que se le ha tratado de manera muy injusta y está pensando, tal y como apunta Pepe del Real, en emprender acciones legales por un despido que considera improcedente.