Tana Rivera, con los años, ha desarrollado esa capacidad que tienen los hijos de parejas separadas: el desdoblamiento. Un don de la ubicuidad que satisface a todas las partes, por un lado a mamá, por otro a papá. En la Feria de Abril hemos asistido a este prodigio a la altura del ultra rápido Flash.
Bien es sabido que Fran Rivera y Eugenia Martínez de Irujo no son los ex modélicos que le habría gustado a la Duquesa de Alba. Mantienen una relación nula por eso, hasta cuando les toca compartir mismo evento como es el caso de la feria, no les veremos en la misma caseta tocándole uno las palmas al otro.
Fran y Lourdes son unos fans absolutos de la algarabía que se monta cada año en el Real, y este 2018, por primera, vez Eugenia acudía acompañada de su marido, Narcís Rebollo. Ellos también han querido disfrutar de los volantes y el rebujito. La adolescente ha estado con los dos grupos, por un lado su padre, por otro su madre. Juntos pero no revueltos. Y ella, de la ceca a la meca para poder estar con ambos y tenerles contentos.
Además, los dos progenitores han ‘presumido’ en redes de hija. Fran con su clásico ‘cerqui’, que es un selfie versión familia Rivera, y la duquesita con una imagen de la dieciochoañera cambiando el vestido de flamenca de la foto con su padre, por un traje cordobés perfecto para pasear a caballo por el ferial. Tuvo que acabar cansadísima, y no de bailar sevillanas…