Que la preciosa familia formada por Tamara Gorro y Ezequiel Garay son la viva imagen de la felicidad es algo que todos sabemos ya a estas alturas. Los retazos de vida que comparten a través de sus redes sociales y las encantadoras estampas que protagonizan son prueba de ello. Sin embargo, estos días esa felicidad que parece alojada en su casa se ha visto ensombrecida por un asunto que no puede tenerles más preocupados.
La 'youtuber' y el futbolista del Valencia son todo corazón. Tamara devuelve con creces todo el cariño que recibe de su "familia virtual". Además, es capaz de hacer lo indecible por las personas a las que considera su "gente", su tesoro más valioso junto con la familia que ha formado. Es por esta razón que no puede haberle afectado más la grave enfermedad que le han diagnosticado a la hija de un matrimonio muy cercano a ellos. En la última entrada de su blog, Tamara hablaba de la difícil lucha que va a tener que afrontar esta pequeña, a la que se refiere como "su princesa", junto con sus padres. “Princesa, es hora de quitarse la corona y ponerse la armadura”, han sido las conmovedoras palabras con las que la anima a afrontar esta difícil prueba y de la que tiene la esperanza que saldrá airosa.
Gorro no entiende por qué los niños tienen que pasar por obstáculos tan complejos y duros como éste. Las noticias sobre su "princesa" la han dejado muy abatida y este golpe la ha sobrepasado de tal manera que ha sido la razón por la que ha necesitado ausentarse unos días de sus redes sociales.
Ezequiel también ha querido unirse a la lucha de la pequeña y de sus padres y también ha aportado su grano de arena que ha servido para visibilizarlo y dejar claro que están todos volcados con ellos. Un gesto que ha emocionado a su mujer y que ha mostrado orgullosa en Twitter e Instagram. Totalmente concentrado y poco antes de enfrentarse al Real Madrid, Ezequiel lucía una camiseta blanca con un mensaje tan contundente como conmovedor: "#FuerzaPrincesa". El hashtag iba acompañado de una corona, la que por el momento han tenido que dejar a un lado para lucir la armadura con la que librar su batalla personal contra la enfermedad que la aqueja. El equipo ché perdía finalmente contra los madridistas y Ezequiel no le podía brindar una victoria, pero el gesto de no soltarles la mano a estas personas tan queridas que viven sus momentos más duros es el auténtico triunfo.