Tamara Falcó viaja a Nueva York para reunirse con la diseñadora de su vestido de novia

Tras la ruptura con el atelier de Sophie et Voilà, Tamara ha puesto rumbo a la Gran Manzana para entrevistarse con Wes Gordon, director creativo de Carolina Herrera

Montse Jolis
Montse Jolis

Periodista especializada en corazón y sociedad

El próximo 8 de julio es el día D para Tamara Falcó (41 años) e Íñigo Onieva (33 años), ya que ese día está programada su boda en El Rincón, el palacio que los hermanos Falcó heredaron de su padre, Carlos Falcó –fallecido por covid en marzo de 2020–, y que Tamara y su hermano Manuel Falcó administran desde que le compraran su parte a sus otros tres hermanos, Xandra, Duarte y Aldara. Claro que la boda de Tamara e Íñigo no parece estar bien auspiciada por los astros. Eso, o el gafe se ha instalado en la familia Falcó-Preysler. Últimamente, nada les sale a derechas. La última polémica, y no es cosa baladí, es que Tamara no tenía quién le diseñara su vestido nupcial, tras su sonada ruptura con el atelier de Sophie et Voilà, la firma vasca de  Saioa Goitia y Sofía Arribas.

Tamara se decanta por Carolina Herrera

Este mediodía, y según han podido saber el portal Vanitatis y la agencia Europa Press, Tamara ha puesto rumbo a Nueva York, donde Tamara Falcó se reunirá con Wes Gordon, director creativo de Carolina Herrera, la diseñadora elegida por la hija de Isabel Preysler para que, in extremis, le confeccione el vestido de novia, así como los vestidos que lucirá antes y después de la ceremonia. Nada como tener contactos en esta vida.

Tamara llegó a la zona VIP del aeropuerto de Madrid en un vehículo negro. Vestida de manera informal, con unos vaqueros grises, blusa blanca y gabardina, a Tamara no le gustó comprobar que había cámaras captando el momento en el que llegaba a la terminal 4 de Barajas. Al tratarse de una VIP, Tamara se quedó en el interior del vehículo y fue el personal del aeropuerto quien le recogió la documentación para embarcar lo antes posible en el vuelo de Iberia que le llevaría a Nueva York.

Tamara Falcó. EP

Tamara carga con su equipaje para poner rumbo a Nueva York.

Europa Press

Después de algo más de ocho horas de vuelo, Tamara aterrizará en el John Fitzerald Kennedy, el aeropuerto principal de Nueva York y de allí se dirigirá al hotel. Mañana lunes, Tamara acudirá a las oficinas de Carolina Herrera, en el 954 de Madison Avenue. Tamara viaja con la estilista Blanca Unzueta, una de sus mejores amigas.

¿Dónde se casarán? La otra gran incógnita

Solo quedan seis semanas para que Tamara e Íñigo se den el 'sí, quiero', aunque aún no está claro dónde tendrá lugar la ceremonia de la boda. A Tamara le gustaría que fuera en la capilla de El Rincón, pero eso es algo que no depende de ella, sino del párroco al que corresponda eclesiásticamente esa capilla.

Hace unas semanas, Alessandro Lequio declaró en 'El programa de AR': "La única manera legal de casarse en la finca pasa por el párroco del lugar. Si él no lo autoriza podrán tener todos los curas que quieran que el matrimonio, para la Iglesia, es nulo. A no ser que quieran hacer una trampa, es decir, una falsa boda, con un cura que hace una ceremonia sin tener la jurisdicción delegada. Eso se hace en muchas más ocasiones de las que creéis". De no poderse celebrar la ceremonia religiosa en El Rincón, parece que la pareja tendría reservado día y hora en la madrileña iglesia de Santa Bárbara.

La amistad de Isabel Preysler y Carolina Herrera

Con su parsimonia de siempre, Isabel Preysler, madre de la atribulada novia, le quitó hierro al asunto del vestido de novia de su hija. Y es que nada más romperse el compromiso de Tamara y Sophie et Voilà, Isabel Preysler se puso en marcha y tiró de agenda.

Carolina Herrera, la diseñadora venezolana afincada en Nueva York, es una de sus mejores amigas, de modo que con solo una llamada telefónica, el taller de Carolina Herrera se ha puesto a disposición de Tamara Falcó. Tal y como recuerda Vanitatis, Isabel Preysler y Carolina Herrera poco menos que rompían la noche neoyorquina hace décadas, cuando eran incondicionales del famoso Studio 54, el local nocturno más famoso de la Gran Manzana en la década de los 70 del siglo pasado.