Tamara Falcó, con ironía, se desmarca una vez más de Íñigo Onieva y de su familia

Tamara Falcó ha vuelto a hablar de su ruptura con Íñigo Onieva y lo ha hecho desmarcándose del empresario y de su familia, a quienes prefiere tener lejos en esta etapa de su vida

Helena Arriaza
Helena Arriaza

Redactora digital de Lecturas

Hace una semana Tamara Falcó se encontraba en Abu Dabi para asistir a la boda de una de sus mejores amigas. Justo antes, estuvo en Qatar disfrutando del concierto de su hermano Enrique Iglesias. Pero nada más regresar a España, retomó sus compromisos profesionales y desde entonces no para. Esta mañana, la hija de Isabel Preysler ha llevado a cabo uno muy especial. La marquesa de Griñón ha estado en la presentación de la nueva colección de su firma TFP para Pedro del Hierro. Allí ha atendido a los medios de comunicación y una vez más ha vuelto a hablar de todos los acontecimientos que, a pocos días de cumplir 41 años, marcan su vida. Entre ellos, su ruptura con Íñigo Onieva.

Aunque hace unas semanas comentó que ya no quería hablar más de la ruptura con el hombre con el que se había prometido tan solo unos días antes de su separación, hace tan poco tiempo que todavía no puede evitar que le pregunten al respecto. Y ella contesta con sinceridad. Tamara Falcó ha actualizado en qué punto se encuentra ahora mismo. Centrada en su trabajo, en la reforma de su nueva casa y con planes de futuro, la marquesa de Griñón ha destacado lo importante que están siendo sus familiares y amigos en esta etapa, ha hablado de que intenta tomarse todo con la mayor filosofía posible y que todo pasa por algo.

A partir de ahí, ha hablado sobre Íñigo Onieva, sobre si ya le ha perdonado y sobre cómo decidió cortar relación porque “hacía falta una limpieza” y que “por prescripción facultativa” prefiere que así sea. Si quieres escuchar todo lo que ha dicho Tamara Falcó al respecto, dale al play al vídeo que te dejamos arriba y entérate de sus últimas novedades y de cómo afronta los meses que están por venir con planes en los que el empresario ya no tiene cabida.