Tamara Falcó comparte un rincón inédito de su carísimo dormitorio: natural, religioso y lleno de estilo

Tamara Falcó (42 años) acaba de estrenar la casa de su sueños. Una magnífica vivienda alejada del centro pero en una zona que conoce muy bien, Puerta de Hierro, ya que su madre vive muy cerca. La orgullosa propietaria sometió a la casa, de nueva construcción, a una reforma integral para dejarla cien por cien a su gusto y a sus necesidades.

Poco a poco va mostrando por redes sus rincones preferidos de esta vivienda que está llamada a convertirse en su primer y auténtico hogar, donde, planea formar su familia junto a su marido, Íñigo Onieva. Hoy descubrimos un detalle que hace del ático algo cien por cien Tamara. 

“Me gusta ser la relaciones públicas de Dios”, ha dicho Tamara Falcó en alguna ocasión. Para la hija de Isabel Preysler, la religión es una manera de entender la vida y lo impregna todo; también los rincones de su hogar. Si una de las cosas que más sorprendió fue el grabado con forma de trigo en la isla de la cocina, porque para ella tenía un simbolismo católico muy fuerte, en su dormitorio también hay guiños religiosos. Unos detalles que, hasta ahora, habían pasado inadvertidos.

“Mi dormitorio es mi templo”, dijo a ‘AD’, y era cien por cien verdad, porque es ahí donde descansa una de sus piezas favoritas: una impresionante talla de la Virgen de la Alegría, obra de Clara López de Lemus, que reposa en una de las mesillas de noche y que tiene un tamaño nada desdeñable, unos 50 centímetros. Cuando la mostró a la revista, la pieza descansaba en el vestidor, pero parece que esa ubicación era temporal; la hermana de Ana Boyer la necesitaba más cerca de su cama. 

El piso de Tamara Falcó: un constante quebradero de cabeza

Tamara Falcó no deja de repetir que vive en el piso de sus sueños. Trabajo le ha costado. Se trata de una viviendas creadas por Joaquín Torres, el arquitecto de los famosos, que respiraban modernidad y lujo. Sobre plano las ideas eran estupendas pero una vez estas cobraron forma a la joven no les terminó de encajar, así que ayudada por otro equipo de diseño e interiorismo dejó el ático con una esencia mucho mas Falcó Preysler.

La colaboradora, chef e influencer y su marido, Íñigo Onieva, se mudaron el pasado octubre y, desde entonces, ya sienten la casa como su hogar. "Confío en la Divina Providencia y ella me ha traído hasta aquí". Se enamoró del proyecto, del lugar y de todo lo que implicaba desde el principio y todo su entorno la animó a dar el paso. Para ella era algo muy importante, pues se trataba de la primera vivienda que compraba, hasta ahora, siempre había sido inquilina y había preferido vivir de alquiler. Su hermana Chábeli, experta en eso de comprar y vender a los años, la empujó a que se decidiera. 

Uno de los inconvenientes que sentía Tamara Falcó era la cantidad de cristales que hay por toda la casa, pero con lo que ella no contaba era con que son tintados, desde fuera no te pueden ver. Aún así, a ella eso le parecía demasiada exposición de su privacidad así que ha construido una fortaleza a base de plantas y arbustos que la mantienen alejada de las miradas de los curiosos. Ella se siente más tranquila.