La relación entre Suso y Aurah es complicada de entender. Tan pronto pasan de pedir una hora sin cámaras a lanzarse dardazos el uno a la otra. ¿Se quieren? ¿Se odian? Igual un poquito de cada. Anoche, en la fiesta de la Luna llena, la pareja vivió su peor momento. El extronista, en pleno ataque de celos, comenzó a reprocharle cosas a Aurah en un tono y actitud muy poco conciliadoras. Y, como era de esperar, tras la tormenta vino la calma… Y los besos de tornillo.
La fiesta de la Luna Llena, además de disfrazar a los concursantes de hombres y mujeres lobo, también sirvió para que se soltasen un poco más y diesen rienda suelta a sus pasiones (y odios). Uno de los que más se aplicó el cuento fue Suso. El extronista empezó la noche confesándole a Asraf que Aurah y él no estaban hechos el uno para el otro. Una realidad que poco a poco fue derivando en un brutal ataque de celos.
Al exsuperviviente no le gustó demasiado el comportamiento de la extronista en la fiesta y no dudó en hacérselo saber. “No me gustas que estés así moviendo el culo y las tetas con otros chicos”, le decía Suso como si fuese lo más normal del mundo. “Con Tony te has subido la falda y le has dicho cómeme lobo”. ¡Pero bueno! ¿No podrá hacer o dejar de hacer lo que quiera? ¿Quién es él para marcarle de esta forma? Alucinante, pero no quedó ahí la cosa.
“Yo me he abierto a ti”, le confesaba Suso. “Si sigo para adelante, me podría enamorar aquí dentro y esto no es sano”. Al parecer, Suso y Aurah tuvieron un acercamiento en el pasado que duró menos que nada. “Te fuiste con el otro y me bloqueaste el whatsapp”. El tono iba subiendo y ni Suso ni Aurah tenían intención de cambiar de parecer. “Vine aquí con un guión que me duró cuatro días”, aseguraba el extronista.
Pese al nivel de enfado, la discusión les duró poco. Suso dejó los celos y se puso bien romanticón. “Es el primer reality en el que he tenido que tragar saliva y se me ha hecho un charco en la barriga”. La táctica hizo efecto y terminaron fundiéndose en una serie de besos de lo más apasionados. Esto, la verdad, no puede acabar bien… ¿De dónde han salido con estos pensamientos tan retrógrados?