El cuerpo en llamas' y 'Las cintas de Rosa Peral' en Netflix han revolucionado a la sociedad española. Tras varios años en los que el olvido se había adueñado de la protagonista de esta historia, condenada a 25 años de cárcel por el asesinato de Pedro Rodríguez, la plataforma estadounidense ha conseguido que vuelva estar en la primera línea de los medios de comunicación (y por supuesto en boca de todos). Cada día se conocen detalles nuevos del caso, Rosa Peral ha dado entrevistas (a pesar de que el centro penitenciario se lo había prohibido), la gente compara la serie con lo ocurrido, salen nuevas versiones... pero ¿cómo es la verdadera vida de la exguardia urbana en prisión? ¿Qué ha pasado durante estos seis años? Su comportamiento ha marcado sin duda todos sus movimientos. Y es que su complicada actitud ha provocado que haya sido trasladada hasta en 5 ocaciones.
Durante los última días Rosa ha protagonizado varias polémicas con sus declaraciones desde la prisión. Y es que sin ir más lejos, Peral se ha saltado las normas concediendo una entrevista en 'El Matí de Catalunya Ràdio', donde ha sido haber sido duramente perseguida y machacada tras el estreno de la ficción de Netflix. Pero no solo eso, en estas mismas palabras para la radio pública catalana la condenada ha contado que está estudiando la carrera de Derecho para poder rehacer su vida cuando cumpla su condena. Y además, en su tiempo libre le gusta hacer teatro. De hecho, ‘Y ahora Sonsoles’ ha sacado a la luz un fragmento de una pequeña obra que representó ante sus compañeras de la prisión. Lo hizo con el rostro caracterizado de mimo, con guantes, camiseta blanca y un sombrero. Llevando además su larga cabellera suelta, que cae en cascada por su look de payaso triste. Se lleva la mano al pecho y reacciona. En todo el salón de actos de la cárcel se oye, "recuerdo esos días, me hicieron daño; revivo lo que sentía. Tantas vueltas le hemos dado. Sin duda una interpretación en la que se siente muy cómoda. La actuación tiene lugar en la prisión, la actual, de Mas d’Enric (Tarragona), donde Rosa Peral llegó tras haber pasado por otras cuatro cárceles. Pero aquí en Tarragona, parece haber encontrado su lugar.
Sin embargo, las últimas palabras de la condenada en las que dice sufrir contrastan con las que ha dado una de sus compañeras de la primera cárcel en la que estuvo, en Wad-Ras. "Es como se la ve. Egocéntrica, manipuladora de libro. Va mucho sola o al menos iba. Más que nada porque no se quería tener mucho trato con ella", ha dicho Andrea en el programa de Antena 3, donde además ha revelado que a la condenada está disfrutando con todo esto porque "le gusta salir en la tele y que se hable de ella". "Al principio era educada y amable, pero a lo largo de los meses la fui conociendo y he visto los diferentes rollos y relaciones que ha tenido. Con hombres y con mujeres. Con mentiras con unos y otros. Era muy posesiva con quien estuviera", ha añadido.
Andrea ha asegurado que ella pudo ver cómo Rosa tuvo una relación abierta, aunque solo por su lado. "Ella hacía lo que quería pero la otra chica no podía tenerla. Rosa la perseguía, la seguía. Estaba obsesionada con ella. Lo he vivido yo porque trabajaba con ella. No se desconoce. Cualquiera que la conoce allí sabe que tiene relaciones con mujeres", ha explicado a Sonsoles, que se ha quedad boquiabierta con estos nuevos datos. Además, la exconvicta ha dejado claro que "solo era una más" pero que Peral se cree que "está por encima de las demás". "Como era guardia urbana... pues nosotras unas delincuentes y ella nada...", ha ironizado. Allí, en Wad-Ras, donde entró de manera preventiva antes de la celebración del juicio, contó a sus compañeras cómo había matado a Pedro, o al menos, eso es lo que declaró una de ellas ante el juez: " Le dio un medicamento en agua para que se calmara porque estaban discutiendo muy fuerte".
En 2021, cuando Rosa cumplió cuatro años desde su ingreso en prisión, fue cuando produjo el quinto traslado de la condenada por decisión de las autoridades penitenciarias, que consideraron que su integridad podría verse amenazada al haber provocado varios enfrentamientos entre las internas del recinto. Pero no solo eso, Peral ya acumulaba en ese momento otras faltas como esconder un teléfono móvil en su celda.
En medio de todos estos cambios, relaciones amorosas y acusaciones entre compañeras de celda, Rosa también ha vivido uno de los momentos más duros de su vida: cuando se enteró de la muerte de su madre. "Sigo sin asimilarlo porque estoy aquí encerrada y no estoy en casa. No puedo ver que ella no está", dijo la condenada entre lágrimas sobre cómo sentía el fallecimiento de su progenitora (quien junto a su padre mintieron en un principio durante sus declaraciones a la policía para intentar salva a su hija de un duro destino entre rejas.