No nos lo podíamos creer. Ni nosotros que estábamos pegados a la pantalla ni la propia Laura Matamoros. Tras muchos meses pasando hambre y penurias en la isla, pidiendo alguna señal del exterior, alguna visita de un familiar suyo, tras tanto tiempo sin saber nada, a la concursante le esperaba uno de esos encuentros que no hubiera podido soñar ni en sus mejores momentos. Aunque, claro, ¿qué no hace una madre por una hija?
“Laura, te voy a contar algo que te va a parecer increíble”, se arrancaba Jorge Javier ante la nerviosa mirada de la concursante. “Ha venido una persona a Mediaset que jamás pudiste llegar a pensar que vendría”. ¡Qué nervios! La pobre Laura comenzó a llorar imaginando quién se habría animado a recibirla -aunque nosotros, que somos muy avispados, ya nos lo imaginábamos-. “Es una mujer que ha trabajado en televisión”, le apuntaba el presentador. “¿Mi madre?”. ¡Efectivamente!
Detrás de una puerta se encontraba Marian Flores, la madre de Laura y Diego Matamoros y expareja de Kiko, una de las personas que menos interés tiene en aparecer delante de las cámaras. ¡Menudo bombazo! “No me lo puedo creer, que esto para ti es imposible”, le decía Laura después de abrazarse. “Cuánto te he echado de menos...”, respondía emocionadísima su madre. “Me he acordado de ti todos los días”, comentaba Laura. “¿Viste cuando te nombraba?”.
Pese a haberse animado a ir hasta el plató, la madre de la concursante sí que puso una condición: que no se viese su cara en pantalla. Aunque, pese a los esfuerzos del cámara, se les escapó alguna imagen. “Eres la única persona que no me esperaba para nada”, continuaba Laura totalmente incrédula. “Eres una supervivientes. Te quiero mucho, Laura, te quiero mucho”, respondía su madre mientras se la comía a besos.
Es en estos momentos cuando Laura Matamoros se gana el cariño del público. Ternura, inocencia y mucha bondad. ¿Qué hubiese pasado de no haberse dedicado a criticar tanto a sus compañeros durante el concurso? Con todo, ha llegado muy lejos y ha demostrado ser toda una superviviente.