Supervivientes. Isabel Pantoja estrena cama con sábanas y almohada

Capitaneados por Chelo, que ganó la prueba de la apnea, el que fuera equipo pirata se ha convertido ahora en el equipo de los Señores, con todos los privilegios que eso significa: comida, fruta, pesca abundante, esterillas para dormir, cubiertos...

En la playa, además, le esperaba a Isabel Pantoja el premio que le concedió la audiencia: una cama. Un lujazo que le permitirá a Isabel dormir muy cómoda durante los próximos siete días. Y las vistas, desde luego, son inigualables.

En la arena estaba también el cofre con los utensilios de los que podrán hacer uso mientras permanezcan en la playa de los Señores: cubiertos, platos, ollas, gafas para bucear... ¡y comida! Como llevaban dos días sin comer, enseguida se pusieron de acuerdo para abrir una de las latas. Eligieron una de las grandes. "Hay que celebrar el triunfo", argumentó Toñi Salazar.

La que mejor va a estar esta semana es, desde luego, Isabel Pantoja. Además de tener comida y de poder pescar –su hobby favorito–, dormirá en una cama. "Es la que mejor va a dormir", dijo de ella Toñi. Isabel no podía ocultar su cara de felicidad.

La lata que abrieron era de sardinas, que a todos ellos les supo a gloria. "Yo me como esto en Madrid y no me sabe igual", reflexionó Carlos Lozano. Si es que cuando aprieta el hambre...

Pantoja parece que ya ha olvidado el disgusto que se llevó con la traición de las hermanas Salazar, que rajaron de la tonadillera a base de bien, y eso que ella creía que eran sus amigas. Frente a las ricas sardinas en lata, Isabel ha preferido apostar por la convivencia.

"Uy, qué arte de sábanas, no me lo creo...", decía Isabel. "Qué bien huelen... huelen a lavandería de hotel". Y con una sonrisa de oreja a oreja se metió en su colchón. "Voy a dormir en mi cama, con todo el arte".

Entre las sábanas, Isabel no se terminaba de creer la suerte que tenía. "Oh, una cama... es lo que menos me podía imaginar. Me la han regalado... ¡Gracias, gracias, era lo que más necesitaba!", decía Isabel mientras le daba besos a la almohada. Y eso que no estaba Colate, a quien ella propuso para compartir lecho.

"¡Por Dios, por Dios, una cama! ¡Cómo lo necesitaba! ¡Por Dios, parece que estoy haciendo un anuncio!", dijo Isabel. Ya saben los fabricantes de muebles que si quieren a la Pantoja como imagen de sus dormitorios, nada como verla ensalzar a su colchón en el suelo en mitad de la playa.