A pesar de las dudas de su relación al principio, por lo rocambolesco de su situación, Hugo Sierra e Ivana Icardi, tras cinco semanas en Supervivientes 2020, han demostrado que lo suyo va en serio, o al menos se gustan de verdad. Apenas llevaban unas horas en la isla cuando el acercamiento entre ambos surgió, de las interminables charlas a las caricias y los besos (con noche de pasión bajo las estrellas incluida). Lo rápido que conectaron y la casualidad de que él sea el ex de Adara y ella la ex de Gianmarco, ahora pareja tras enamorarse en 'GH VIP 7', aún alimentaba más el morbo al mismo tiempo que aumentaban las sospechas de montaje o interés de "pinchar un poquito", como dijo la propia Adara Molinero.
Pero los días han pasado y Hugo e Ivana han ido salvando todas las críticas viviendo su amor a su manera. A veces más juntos que otras, por la propia dinámica del concurso, pero siempre buscándose y derritiéndose el uno por el otro. El pasado jueves ambos fueron nominados y sus ilusiones de seguir viviendo su amor bajo el sol de los Cayos Cochinos se desvanecieron. Hugo e Ivana no ocultaron su tristeza y, tras la salvación de Fani el pasado martes, están completamente hundidos. Su única esperanza de seguir juntos pasa por ser expulsados y que consigan superar al televoto en la Playa de los Desvalidos. Hasta el momento no dejan de llorar abrazados a través de la valla que separa a los mortales de los siervos y dedicarse palabras bonitas.
Pero no será esta la prueba más complicada de su nueva relación. Hugo y su 'rubia preciosa', como le llama, han hablado de planes fuera del programa, pero para que sigan juntos ambos tendrán que salvar distintos obstáculos y nada fáciles. Más allá de la distancia hasta que los dos terminen su paso por Supervivientes, no debemos olvidar que Ivana está afincada en Milán y Hugo Sierra vive en Palma, una prueba de amor que, de momento, ya han salvado Adara y Gianmarco.
Por otro lado, si Ivana sigue junto a Hugo tendrá que estar 'cerca', de forma irremediable, de Adara y Gianmarco, ya que Hugo y Adara son papás de un bebé de apenas un añito. Dos obstáculos nada fáciles de salvar pero, ya lo dicen, si es amor de verdad todo lo puede.