Fue uno de los fichajes menos esperados. Ana María Aldón daba un paso adelante y se convertía en la última de los Ortega-Mohedano en erigirse como personaje. Tras el paso de Gloria Camila por la isla, era la mujer del torero la que emprendía el mismo camino y, esta vez, acompañada de alguien muy conocido para ella: Rocío Flores. Una auténtica desconocida para el gran pública, el concurso de Ana María no ha dejado indiferente a nadie. Ha levantado ampollas dentro y fuera del programa, incluso entre su propia familia. ¿Es suficiente para ganar el concurso?
Ana María Aldón ha logrado llegar a la final de forma bastante tranquila en el concurso. La mujer de Ortega Cano ha protagonizado mil polémicas, ha llegado incluso a enfadar a su propia familia, pero ha podido disfrutar de unos meses de considerable relax comparado con otros que han estado siempre en primera línea del disparadero. Sus polémicas han logrado que el público descubra una cara que hasta ahora no conocían de ella. También sus momentos de humor y su constante recuerdo a la desaparecida Rocío Jurado.
Alocada, vehemente y de comportamiento extraño, la diseñadora ha descolocado a sus compañeros y a la audiencia en numerosas ocasiones. Su distanciamiento de Rocío Flores, llegando a considerar que no forma parte de su familia, y su amistad y defensa con Yiya marcaron las primeras semanas de Ana María en la isla. También bromas, algunas muy subidas de tono, que lograban enfadar a su marido. Sus comentarios sobre la dotación íntima del torero dejaban a Gloria Camila, su defensora en plató, alucinada.
Más apartada que nunca de Rocío Flores
Pese a que en un primer momento, la lógica llevaba a que Ana María y Rocío Flores hiciesen piña en los Cayos, la realidad fue muy distinta. La madrastra de Gloria Camila se desmarcaba de la hija de Antonio David prácticamente desde el principio y dejaba que fuese esta quién se desgastase en los enfrentamientos. Ni siquiera se atrevió a dar la cara por la joven tras los graves insultos que le propinó Yiya. Una actitud que fue reprochada incluso por su propio marido.
Tras la llamada de Ortega Cano, la estrategia de la superviviente dio un vuelco radical, acercándose de nuevo a Rocío y tratando de limar todas las asperezas. Juntas -o casi- han desarrollado la recta final. Unos vaivenes que el público puede acabar penalizando al resultar algo incomprensibles. Y eso que a Ana María no le han faltado los frentes abiertos. La diseñadora ha llegado a discutir con todos los habitantes de la isla.
El 'affaire' Pavón
Como si de una nueva Rosa Benito se tratase, Ana María se ha sentido liberada. Con una vida complicada, una infancia difícil y una existencia al lado de Ortega Cano que tampoco ha sido un camino de rosas, a la diseñadora le ha servido esta experiencia para ser ella misma y no pensar en nadie. Casi ni ha mencionado a sus hijos, de hecho. Ana María ha querido ser libre incluso para terminar tonteando con Antonio Pavón.
¿Puede acabar llevándose el cheque y coronándose como ganadora? ¿Vencerá a su gran aliada y enemiga Rocío Flores? Queda ya muy poco para saberlo.