El sueño de Jaime Ferre se ha acabado en la octava gala de Supervivientes 2020. El andaluz ha perdido la batalla frente a José Antonio Avilés y Hugo Sierra (ya que Fani fue la salvada del pasado martes en Tierra de Nadie). Ferre, emocionado y con la voz entrecortada, se ha despedido de sus compañeros: "Me da mucha pena, era mi sueño", ha dicho. Lo cierto es que su adiós ha dejado a todos destrozados, especialmente a su amiga Elena, la madre de Adara. Pero no solo en Honduras, en España ha sido toda una sorpresa ya que el concursante era uno de los supervivientes candidatos a llegar a la final e incluso ha sido salvado varias veces por el público.
Sin poder evitar emocionarse, Ferre se ha despedido de todos sus compañeros en Palapa: "sois todos grandes, os llevo a muchos en el corazón. Mi concurso termina ya, pensé que podía haber aguantado más, que era buen superviviente, pero habrá algo que no ha gustado a la audiencia. Aprovechar esto porque es muy grande y yo me quedo con las ganas".
Ya en su playa ha podido despedirse tranquilamente de Jorge Javier: "Lo he hecho lo mejor posible, he sido yo sin filtros, no sé donde he fallado, con mis locuras. Al final tantas semanas nominado la gente ya se cansa". Ferre considera que su 'fallo' es no haber entrado en un grupo. "He aprendido mucho en esta experiencia. Me he sorprendido y valoro mucho más a mi familia". Jorge Javier, muy sincero, le ha dicho que debería "haber llegado más lejos". "Te puedes ir muy contento y muy orgulloso. La gente en plató no se lo esperaba", le ha confesado Jorge Javier.
Ferre fue el nominado directo por el líder de su equipo, Barranco, protagonizando ambos varias polémicas ya que Ferre no entendía como su amigo podía ponerlo una y otra vez en el disparadero. Barranco siempre se defendía argumentando que no era nada contra él pero el resto son sus intocables.