La vuelta de 'Supervivientes' nunca es un paso sencillo. Tanto tiempo durmiendo al aire libre, sin preocuparse por el día a día, sin comodidades y buscando tu propia comida hacen que, luego, sean muchos los exconcursantes que no encuentran una adaptación a la vida rutinaria. Entre las alteraciones de peso y alimentación y toda la información que deben procesar, en pocos días llega el shock. Bea Retamal, la primera expulsada de 'Supervivientes 2020', no ha pasado tanto tiempo en los Cayos pero ya se ha encontrado con sus primeros inconvenientes.
Fue la ganadora de 'GH' pero ha sido la primera en salir de 'Supervivientes'. Bea es el ejemplo perfecto de que cada reality es único y distinto y que no todo funciona de la misma forma. Más serena y tal vez temerosa de la imagen que dio en su momento en la casa de Guadalix, la ex gran hermana no ha convencido al público y ya se encuentra en su casa. De hecho, al haber salido poco antes de la extensión de la pandemia del coronavirus, Retamal pudo volver a España sin problema.
Ahora, ya instalada en casa y con su novio, Bea sufre los primeros síntomas de haber estado viviendo en la isla. Tan pronto se prepara un bocadillo a la 1 de la madrugada como pasa horas y horas despierta debido al insomnio. Dormir al aire libre en los Cayos Cochinos es toda una hazaña y más en esta edición, donde el tiempo y las condiciones son más extremas todavía. La propia exsuperviviente ha querido contarlo en primera persona mientras se preparaba un café a las 5 de la mañana tras otra noche en vela.
No pega ojo
Bea se despedía de sus seguidores tras haber estado en la última gala de 'Supervivientes' y se metía en la cama... para nada. Cinco horas después reconocía que, en realidad, no había dormido nada. “Hace cinco horas os di las buenas noches pero la realidad es que llevo cinco horas en la cama despierta en silencio”, explica en su perfil de instagram. ¡No puede más! Son ya tantos los días que no consigue dormir bien que Bea está harta.
Eso sí, con su café, su rebeca y de más buen humor, se sentaba en la terraza para ver amanecer. La exsuperviviente fue una de las pocas que acudió a la última gala del programa, sin público y con una presencia de colaboradores y familiares mínima para poder garantizar la distancia entre ellos aconsejada por las autoridades.