Ana María Aldón dio en la última gala de Supervivientes el paso que no todo el mundo es capaz de dar: se rapó la cabeza y lo hizo con decisión y seguridad. La mujer de José Ortega Cano llegó a ese acuerdo con Lara Álvarez en la famosa mesa de las tentaciones del concurso, se cortaría el pelo a cambio de tres cocidos. Y dio el paso.
Todos sus compañeros participaron en este cambio de look que por momentos fue un tanto complicado pero Ana María se mostró en todo momento tranquila y decidida, y hasta bromeó constantemente en Palapa. Una actitud que chocó mucho con lo que se esperaba de ella, que durante sus 74 días en Honduras ha mostrado muchísima intensidad en sus reacciones.
Pero las horas han pasado y Ana María cada vez es más consciente de su decisión y de que no hay ni rastro de la media perfectamente mechada con la que se tiró del helicóptero. "¿Habéis visto que guapa me han dejado en la peluquería?", decía a sus compañeros tras la gala. "Estás guapísima, te has quitado diez años de encima", le respondía Elena. Un piropo al que se ha unido Jorge: "Estás guapísima", le decía el guardia civil.
Pero tras estos comentarios Ana María ha reflexionado con ella misma y en voz alta sobre lo que ha hecho y reconoce sentirse bien: "Me he sentido muy contenta cuando me estaban rapando el pelo, muy relajada, he dejado atrás muchas cosas. Pensé que me iba a sentar mal y que me iba a poner a llorar pero, por ahora, no, aunque no me he visto todavía en un espejo...", ha dicho la mujer de José Ortega Cano.
Para curarse en salud ha pedido a la hija de su marido, Gloria Camila Ortega, que le tenga preparadas unas cuantas pelucas bonitas, pero por ahora lo tiene claro: "ahora con tener para comer me conformo".