Mientras su marido, José Ortega Cano, está aguantando carros y carretas en España con todo lo que se está hablando de su familia, Ana María Aldón, ajena a todo, está pletórica y mejor que nunca en Supervivientes 2020. La diseñadora está en una pompa de euforia desde que el pasado jueves cambiara de grupo y empezara, al fin, su convivencia con Rocío Flores. "¿Tú sabes la espinita que yo me he quitado?", le ha confesado a José Antonio Avilés en un arrebato de sinceridad.
Ana María Aldón decepcionó a Rocío Flores cuando una vez más no sacó la cara por ella ante los insultos de Yiya, y no solo eso sino que remató con frases como que se iría de copas con la extremeña o que su familia está en España. Pero eso es ya cosa del pasado. Ana María quiere empezar de cero con Rocío y la hija de Antonio David, como ya adelantó su padre, le ha abierto los brazos con cero rencor ni ningún reproche.
La mujer de Ortega Cano no deja de acordarse de su marido, y habla constantemente con sus compañeros de lo feliz que tiene que estar al verla junto a Rocío. "Tenía muchas ganas, estoy muy feliz, muy feliz, ¡muy feliz!", gritaba. "Y mi marido, ¿sabes lo feliz que puede estar mi marido ahora mismo? Él lo deseaba, se lo dijo a Yiya".
Para Ana María el giro del concurso y que haya podido arreglar sus diferencias con Rocío en una convivencia que, de momento, va sobre ruedas es un regalo divino. "Esto nos lo han mandado", le decía a Rocío Flores haciendo referencia a Rocío Jurado, "esta familia tiene una mano que la protege". Precisamente, la recordada artista ha sido la protagonista de una conversación llena de cariño entre la hija de Rocío Carrasco y la diseñadora.