El mal tiempo se ha convertido en un elemento más en este difícil concurso de superviviencia. Las fuertes lluvias y el viento han anegado el campamento de los supervivientes, destrozándolo todo. El refugio que construyeron con ramas y hojas de palmeras ha quedado destrozado y el agua ha entrado en las tiendas.

Los concursantes fueron evacuados horas antes de la gala del jueves y, tras 72 horas, pudieron volver a la playa, encontrándose un panorama desolador.

Vientos de entre 30 y 35 kilómetros por hora y olas de hasta cuatro metros pusieron en alerta a la organización que, rápidamente, procedió a evacuar a los concursantes, por lo que ninguno de ellos estuvo en peligro. Las condiciones meteorológicas parece que mejoran, pero según el gobierno de Honduras, no hay que confiarse.