Desde que Rocío Carrasco la citó en su serie documental 'Rocío, contar la verdad para seguir viva', Sonsoles, la que fuera amante de Antonio David Flores, está en boca de todos y se ha convertido en los últimos días en la persona más buscada de este país. Actualmente, Sonsoles vive en Gijón, está casada con un exfutbolista, Fredi Lobeiras, y es madre de dos hijos. Y, desde luego, no tiene ningún interés en perder su anonimato, por más que Rocío Carrasco la haya devuelto a la palestra 20 años después de la traición del que fue su marido, Antonio David Flores.
Sonsoles, sin embargo, ha decidido romper su silencio precisamente para reivindicar su anonimato. Lo ha hecho con un comunicado de tres folios que ha remitido al programa 'Socialité'.
María Patiño ha desvelado que, curiosamente, ha estado en contacto con Sonsoles desde hace varios meses, pero llegó un punto en que María quiso distanciarse de ella, no quería ser la portavoz de Sonsoles y dejó el tema en manos de su director. “Ella ha estado dudando de qué decisión tomar”, ha explicado Patiño en su programa. “Le dije que lo que decidiera estaría bien, pero que fuera consecuente. Creo que ella ha pensado más en su familia que en ella”. Patiño ha explicado que los primeros mensajes que le llegan de Sonsoles son del mes de enero, antes de que se hiciera público lo que cuenta Rocío Carrasco.
"Sonsoles temía que se volviera a revivir las cosas del pasado, al ver que habían contratado a Antonio David en 'Sálvame'. Sonsoles nunca se ha sentido amante, sino una mujer enamorada en el tiempo y a la que le costó una vida romper esa relación. La relación duró estando él con Rocío Carrasco, tras la ruptura y al inicio de su relación con Olga. Sonsoles siempre quiso que él le diera su lugar, pero era consciente de que nunca lo haría porque sería darle la razón a Rocío Carrasco, algo que no tenía ninguna intención de hacer. Ella sabía que siempre la negaría”, ha explicado Patiño.
En el comunicado que ha enviado a Socialité dice, entre otras cosas: “Se ha vulnerado mi derecho al honor y a mi intimidad familiar. Se han hecho juicios de valor que pueden atentar contra mi dignidad, mi entorno familiar y profesional. Mi estado es de nerviosismo, ansiedad e impotencia… Ruego que se ponga fin de inmediato a la intromisión de la intimidad y al salvaje acoso mediático… y si esto no ocurre, tomaré acciones civiles y penales”