Paz Padilla y Juan Vidal han conseguido, con su boda secreta, robarles gran parte del protagonismo a Kiko Rivera y a Irene Rosales. Sin embargo, no ha sido la única a la que se le ha ocurrido que un enlace en la más estricta intimidad podría ser una buena idea.
Guti y Romina Belluscio sorprendieron el pasado, es de julio anunciando en redes sociales una boda que nadie esperaba. Llevan cinco años juntos y tiene un hijo en común y dos más que tuvo el futbolista con Arantxa de Benito.
Menos esperado todavía fue el enlace de Iker Casillas y Sara Carbonero, que en marzo firmaron su unión en un juzgado de Madrid con la única presencia de su hijo y dos testigos, nadie se enteró hasta que semanas después hubo una filtración y la periodista lo confirmó.
Cristina Pedroche y David Muñoz fueron más allá. Lo hicieron en el salón de su casa para que no existiera posibilidad de que alguien rompiera la intimidad a la que tanta importancia dieron para ese día tan especial.
Algo parecido pasó en su día con Fernando Alonso y Raquel del Rosario. Se afirmaba que se habían dado el ‘Sí, quiero’ en las Maldivas y ellos mantenían un férreo silencio. Pocos meses después el tiempo dio la razón a quien anunciaba campanas de boda, pero había sido en Oviedo.
Normal Duval y José Frade acudieron una tarde de septiembre de 2004 al ayuntamiento de Molina de Aragón en Guadalajara y sellaron su amor con la firma que les convertía en matrimonio, no duró mucho, pero en ese momento estaban convencidos de su decisión. La vedette ahora ha vuelto a anunciar boda, pero esta vez no está siendo fácil, pues su relación con Matias Khün ha pasado por muchos altibajos.
En el 2010 Javier Bardem y Penélope Cruz eligieron las Bahamas para convertirse en marido y mujer. Pocos meses más tarde lo hicieron Julio Iglesias y Miranda en Marbella cuando ya nadie lo esperaba.
Pero el rey de las bodas secretas es, sin duda, Alejandro Sanz. Con Jayde Michel se casó en una playa desértica al otro lado del charco y con Raquel Perera lo hizo en el bautizo de su hijo dejando a todos los invitados alucinados.