En más de una ocasión, la audiencia ha sido consciente del desprecio y el dolor con los que Maite Galdeano recuerda a su exmarido. Toda esa ira la ha descargado recurrentemente contra su hijo Cristian, de quien ha llegado a decir: "Me da asco porque es un calco a su padre, que casi me asesina". En la última entrevista que ha concedido a Lecturas, Sofía Suescun ha buceado en sus recuerdos, da las claves y explica las razones por las que su madre habla en esos términos tan duros. La novia de Kiko Jiménez se desahoga y narra, en exclusiva, la pesadilla que vivieron a consecuencia de la actitud vengativa de su padre.
Lo primero que hace Sofía Suescun al abordar la complicada relación que mantienen su madre y su hermano es aclarar el contexto de sus constantes choques: "Los dos tienen fallos, pero tampoco son justos los comportamientos que tiene mi hermano con mi madre. La trata fatal en muchos momentos; si no la tratara así, a ella no le vendría mi padre al pensamiento". Marcadas por el mismo hombre, la colaboradora televisiva se muestra comprensiva con Maite Galdeano y se le escapa un pensamiento al aire, como reprendiendo a Cristian: "Sabiendo lo que ese señor hizo con mi madre...".
En ese momento de la entrevista, Sofía Suescun se encuentra lejos, en su complicada infancia, entre el cariño de Maite y el desorden y el descontrol de su padre. "Tengo grabados los momentos en los que me obligaban a ir a ver a mi padre", nos cuenta y, tras una pausa cargada de emociones hace una confesión demoledora: "Yo era su arma para vengarse de mi madre".
La amargura de aquellos años tiñen sus palabras: "No me parece normal que estés con tu madre 15 días con una vida supersaludable y ordenada y con 12 años tener que irme a otra casa con un señor que bebe alcohol más que nadie y que desperdiciaba todo el dinero en las tragaperras con un descontrol de la leche". Sofía se convirtió en una niña silenciosa, que se guardaba el dolor para soportar una situación donde la actitud de su padre le robó la infancia. Una infancia y adolescencia de las que guarda un doloroso recuerdo: "He vivido muchos momentos de ansiedad. Ni siquiera era consciente de que los tenía, y como siempre me callaba todo...". Desde que tuvo que superar esta experiencia, Suescun tiene clara su conclusión: "Esos cambios no son buenos para una niña".