Nadie, jamás, hubiera esperado hace veinte años que quién más lloraría el fallecimiento de Julián Muñoz sería Mayte Zaldívar, la mujer a la que dejó para vivir un romance con Isabel Pantoja, el principio del fin de su mandato como alcalde de Marbella y de su vida en libertad. Todo lo que ocurrió entonces fue tan público y escandaloso que nadie podía imaginarse que en algún momento de la vida la reconciliación del exmatrimonio sería posible. Pero lo ha sido, en sus horas más bajas Julián ha disfrutado del apoyo de Mayte y de sus hijas, que siempre estuvieron a su lado, y ha logrado unir de nuevo a la familia, sellando el perdón de Mayte con una boda celebrada el pasado mes de enero.
Una boda que muchos se han cuestionado y sobre las que se han puesto negro sobre blanco infinitas teorías, pero la que sin duda ha ido cobrando más fuerza entre quienes no creen que el matrimonio ha vuelto a unirse por cariño y respeto, es la de que simplemente se trataba de dejar a Mayte cubierta económicamente con la pensión de viudedad que le correspondería tras legalizar de nuevo su estado. Una pensión que se cobra según el caso, las motivaciones matrimoniales y lo que la pareja comparta, algo que se estudia y a lo que no corresponde una cantidad fija sino entre el 50 y el 70 por ciento de la pensión que cobrara en este caso en concreto Muñoz, dependiendo de la edad y las cargas familiares de la beneficiaria. En el mejor de los casos y teniendo en cuenta todo lo anterior, la cifra mensual que Zaldívar podría cobrar sería de un máximo de 3.175 euros mensuales. Que no está nada mal.
La verdadera situación económica de Mayte Zaldívar tras quedarse viuda
Pero, ¿cuál es la situación económica que tiene ahora mismo la de Castellón? Lecturas ha querido conocer un poco el mapa del momento por el que pasa y tiene un rápido resumen, Mayte no tiene a su nombre ni una sola empresa ni una sola sociedad. La casa que un día compartiera con Julián Muñoz y en la que ella vivió muchos años después de separarse, pertenece ahora a una persona anónima y está completamente reformada y dotada de todo lujo. De ahí pasó a vivir en un modesto piso mucho más acorde a sus ingresos, que provienen de su trabajo como cocinera en un puesto en el Mercado de Marbella que es una concesión del Ayuntamiento y en el que trabajaba junto a Fernando, quién ha sido su pareja durante 20 años y quién sigue a su lado a día de hoy por extraño que pueda parecer; aunque ya no trabaja en el mercado.
Ya dijo Julián que Fernando era uno más de la familia, y es que los tres, junto a sus hijas y nietos han logrado crear un equilibro que, aunque puede parecer difícil, a ellos les ha funcionado. Fernando Marcos pasó al lado de Mayte sus momentos más complicados y vio como su vida cambiaba por completo sin dejar de apoyarla nunca. A nombre de él tampoco consta ninguna propiedad, pero si dos empresas, una de ellas muy reciente, dada de alta a finales de 2023 y cuyo objetivo es la asesoría a todas aquellas personas interesadas en participar en las subastas de viviendas del estado.
Ha agrupado a todas las partes implicadas en este proceso, desde gestores hasta abogados, para dar al cliente un servicio integran y poder acompañarle durante todo el proceso. Y por otra parte, tiene desde 2012 en marcha Power Ceuta Distribuciones SL, y desde aquí ha ido creando una marcha propia con diseños que ha ido fabricando en china según él mismo explicaba hace solo unos meses al portal Vanitatis. Sin duda es todo un emprendedor al que no se le caen los anillos por ponerse al frente de un nuevo proyecto, pues ya de la mano de Mayte ha querido incluso ampliar sus conocimientos y ha estudiado un máster en marketing para crear una agencia. Es decir, es un espíritu inquieto que busca la manera de seguir siempre dando pasos adelante.
Y es, sin duda, el mejor apoyo para Mayte en estos momentos en los que le ha tocado despedirse de Julián y ser la que apoye a sus hijas y sus nietos, igual que lo fue cuando ella entró en prisión y vivió sus horas más bajas. Siempre han sido una pareja muy unida y el regreso del exalcalde a sus vidas, lejos de separarles ha servido para unirles más porque han hecho frente común a la situación y se han convertido en una familia atípica, pero una familia muy unida, algo que no es tan común y menos cuando los problemas se televisan casi a tiempo real.