El casting de ‘Supervivientes 2024’ está siendo, sin duda, sorprendente. Y no solo para la audiencia, que también, si no para el entorno de los propios concursantes. Prueba de ello es Elena Tablada, que no pudo evitar mostrar su sorpresa en directo en 'Bailando con las estrellas', la noche en la que se confirmó la participación de Javier Ungría, su exmarido, en el reality. Después explicó que se lo habían comunicado previamente vía email, pero su cara lo dijo todo. Sea como fuere, lo cierto es que el empresario forma parte de los valientes que este año embarcan a Honduras, y no es poco lo que deja en Madrid.
Lo primero, una batalla judicial en los tribunales por la custodia de la pequeña que el ex matrimonio tiene en común, lo que ha llegado después de un largo y complicado divorcio. Flecos que el madrileño quiere cerrar antes de partir, lo que es casi inminente, pero que por ahora no se sabe si podrá ser. Así lo revelaba Antonio Rossi en ‘Vamos a ver’: “Javier está intentando llegar a un acuerdo antes de que él se vaya. Todo lo que ha dicho Elena no se ajusta a la realidad. Mi impresión es que ella busca una rentabilidad económica y él no está dispuesto”.
Ella, por ahora, no se ha pronunciado, solo lo hizo hace unos meses en ‘Y ahora Sonsoles’ donde dejó claras sus prioridades: “Quiero que mis niñas se críen juntas y con valores. Así llevo haciéndolo desde hace trece años que me convertí en mamá. Pelear o batallar son palabras muy feas. Yo lo único que quiero es lo mejor para mis niñas y por eso me entrego tanto en cuidarlas y protegerlas”.
Pero al margen de su vida personal, también deja aparcada durante tres meses, en el mejor de los casos, una carrera profesional. El sobrino de Miriam Ungría, la viuda de Kardam de Bulgaria, ha heredado de su padre, con el que comparte nombre, el ojo para los negocios. Y de hecho ha sido y es su mano derecha en los activos familiares, que en su mayoría son empresas inversoras valoradas en millones de euros. Pero él ha querido ir un paso más allá, y su amor por la buena gastronomía le ha llevado a abrir su propio restaurante, Haches.
Lo abrió en 2016 junto a su socio y buen amigo Marcos Diéguez y se ha consolidado como una de las grandes apuestas de la capital, famoso por sus mariscos y su steak tartar. Una apuesta que se mantiene a pesar de haber vivido momentos difíciles, pues como tantísimos otros negocios se vio abocado al cierre durante la pandemia por el coronavirus en 2020. Finalmente, le retomó el pulso y en 2022, el último año que puede consultarse, ha facturado casi medio millón de euros, concretamente 471.000, lo que es una cifra generosa, pero menor a la del año anterior, ejercicio que saldaron 5.700 euros por encima. No son unas grandes pérdidas y menos teniendo en cuenta que el valor total de la sociedad es de casi 200.000 euros, pero son pérdidas, al fin y al cabo.
Lo que es evidente es que el restaurante funciona, y que Javier no está en una posición de necesidad económica, por lo que se descarta que esa sea la razón principal de haber aceptado participar en ‘Supervivientes 2024’.
Elena Tablada tiene su teoría y ya lo dijo en directo. “Supuestamente a él no le gusta la prensa y quiere pasar más tiempo con la niña… Creo que va más por la fama que por necesidad, por esa fama que dice que no le gusta”, afirmaba en el programa de la baile que la ocupa. No obstante, si la motivación viene de las ganas de focos, de la ilusión por vivir la aventura, del reto de probarse a sí mismo o de la meta de aumentar sus arcas y compensar ese negativo en las cuentas solo lo sabe él, pero ya ha dicho sí, y lo que es seguro que es que vamos a conocerle en las distancias cortas y las situaciones extremas, veremos lo que tiene para ofrecer.