La separación entre Jessica Bueno y Jota Peleteiro ha sido de todo menos amistosa, así lo confirmó la reacción de la modelo al inesperado comunicado de su marido. Mientras el exfutbolista confirmaba que llevaban más de dos meses haciendo vidas por separado y después de meditarlo habían decidido "formalizar su divorcio de forma amistosa", ella manifestaba su dolor y decepción con una contundente frase: "La verdad solo tiene un camino".
El siguiente paso que daba Jota era eliminar todo rastro de su vida junto a Jessica Bueno en redes sociales, gesto con el que confirmaba que no había marcha atrás. Siete intensos y aparentemente felices años de matrimonio que ya solo viven en el recuerdo. Sin embargo, hay un significativo detalle que el deportista gallego no podrá borrar, al menos por el momento. Tal y como se puede observar en la imagen, Peleteiro luce en el pecho un enorme tatuaje con la cara de Jessica Bueno.
Jota estaba perdidamente enamorado de Jessica, de ahí que se atreviera a replicar el rostro de su mujer con tinta en su propia piel, una decisión de la que puede arrepentirse en estos momentos que su matrimonio está completamente roto.
Aunque se desconoce qué decisión tomará, en el caso que decida borrarlo tendrá que recurrir al láser, una técnica muy eficaz, pero dolorosa. Teniendo en cuenta el tamaño, que ocupa todo su pectoral izquierdo, le harán falta muchas sesiones. Otra opción es que Jota, apasionado de los tatuajes, rediseñe la zona con un nuevo dibujo y se tatúe por encima ocultando el retrato de la madre de sus hijos.
Jessica, por su parte, sigue adelante con su vida en Bilbao y este viernes reaparecía en redes sociales manifestando su amor incondicional por la ciudad a la que se mudó hace más de tres años siguiendo los pasos de su todavía marido.
Jessica Bueno se enfrenta a un futuro incierto
La ruptura de su matrimonio ha hecho tambalear la vida, hasta ahora estable, de Jessica Bueno. Después de años viviendo a caballo entre Reino Unido, Sevilla y el País Vasco, el sueño de la modelo era tener una casa de campo en la que poder ver crecer a sus tres hijos rodeados de naturaleza y animales, algo que consiguió hace unos meses cuando se mudó a una impresionante finca situada en medio del bosque, a las afueras de Bilbao. "Nuestro hogar soñado", compartía con orgullo entre caballos, perros, gatos y ¡hasta cabritos!.
Ahora es un misterio si Jessica decidirá mudarse a Sevilla para estar más cerca de su familia o bien seguirá con su vida como hasta ahora en Bilbao donde actualmente está realizando prácticas en una agencia de eventos.