En ‘Supervivientes 2023’ ya se han saltado varias normas en lo poco que llevamos de concurso y no nos estamos refiriendo a los pequeños engaños y trampas que suelen realizar los concursantes año tras año, sobre todo cuando hay comida de por medio. En este caso, el propio reality y, en concreto, la productora que lo lleva a cabo ha quebrantado sus propias reglas.
En todas las ediciones del conocido programa de supervivencia hay un trasiego de colaboradores en los platós, añadiendo a rostros conocidos de la cadena, a ex concursantes y a familiares de los que aún se encuentran en Honduras. Todo ello, repartido entre las tres noches de programa que suele emitir la cadena, siendo este año martes, jueves y domingos.
Ex concursantes en plató
A la gala principal de los jueves, presentada por Jorge Javier Vázquez (52 años), siempre van los familiares de los que continúan su aventura en el país caribeño o, a lo sumo, el familiar del concursante que haya resultado expulsado y aterrice esa noche en España. Los otros días, al tratarse de debates y programas en los que se interactúa más con las personas del plató, suelen acudir otro tipo de personajes televisivos para captar mayor audiencia.
Sin embargo, este año la productora decidió cambiar esa norma y dejar fuera de estas tertulias a personas ajenas al concurso, es decir, los colaboradores de ambos programas tendrían que ser o bien familiares de participantes o bien concursantes de anteriores ediciones, tal y como confirmó Lydia Lozano en ‘Sálvame’ la semana pasada. Este es el motivo por el que la canaria, habitual de los debates, no ha visitado esta edición ninguna gala, ni las dirigidas por Carlos Sobera ni las de Ion Aramendi.
Excepción en las reglas
Lo comentado por la colaboradora se estaba cumpliendo a rajatabla en estas primeras semanas que llevamos de concurso. Pero en la noche del domingo, con el programa ‘Supervivientes: Conexión Honduras’ se hizo una excepción que no ha pasado desapercibida por gran parte de los telespectadores y que analizamos por sus más que atractivas conclusiones y consecuencias en el devenir del concurso.
La aparición de Alejandra Rubio (22 años) en el plató sorprendió a muchos, ya que infringía la norma que había salido a la luz hace unos días, puesto que ella no tiene a ningún familiar participando en Honduras para poder defenderlo ni ha sido concursante del reality, a pesar de haberlo comentado y de haber colaborado en anteriores ediciones de este y otros programas de telerrealidad. En la noche del martes, con ‘Supervivientes: Tierra de nadie’ se volvían a infringir las normas y de nuevo con un familiar del clan Campos, aunque esta vez sería Carmen Borrego (56 años) la que se encontraría en plató.
Tensión entre Alejandra Rubio, Carmen Borrego y Gabriela Arrocet
Probablemente uno de los motivos por los que han hecho la vista gorda en Telecinco haya sido por el morbo que genera ver a la hija y a la hermana de Terelu Campos comentar las aventuras de Gabriela Arrocet, hija del que fuera novio de su abuela y su madre respectivamente y con quien no concluyó la cosa del todo amistosa a tenor de las distintas discusiones y rajadas de una parte y otra en televisión.
De hecho, en su estreno como colaboradora en esta edición de 2023, la nieta de María Teresa le dejó un dardo envenenado a la hija del humorista, afirmando entre risas que la mandaría a Playa Fatal, la peor de las ubicaciones para que así “se espabile un poquito” por haber entrado más tarde que sus compañeros y tener cierta ventaja respecto a ellos.
No obstante, en los próximos días corroboraremos si la guerra abierta entre estas dos familias sigue haciéndose latente, ya que desde luego el morbo está servido y veremos las respuestas de las Campos si Gabriela decide ejecutar su amenaza de contar historias de la familia, aunque recordemos que Gabriela ya llamó tonta en su día a la mayor de las hijas de María Teresa.