Te preguntarás por qué #Cámbiame182 es TT, te lo explicamos. Y es que hoy, el programa de cambios de look de Telecinco ha estado calentito…
Los tres estilistas ansiaban cambiar a Elisa, una joven de 18 años que padece una enfermedad rara que ha hecho que sus extremidades se desarrollen más. Con su 1,85 y un look un tanto oscuro, la joven estaba harta de que la tacharan de emo, porque no era así como se sentía. Su historia ha conmovido a Pelayo, Cristina y Natalia, pero Elisa tenía muy clara su elección y ni ha dejado que los tres pugnen por ella, ha escogido a Cristina de cabeza. Y todos sabemos como es Cristina, que le gusta el color, la locura y la diversión, algo que parecía no concordar demasiado con el espíritu de la adolescente, que confesaba haber padecido mucho a pesar de su corta edad. Su enfermedad había hecho de ella alguien retraído y que trataba de esconderse a toda costa. Se camuflaba bajo colores oscuros y su melena eterna, que también utilizaba para tapar la cicatriz en la espalda que le había dejado una de las operaciones. Aún así, Cristina trataba de demostrarle que era de lo más especial y alguien muy bello. Ninguna de las opciones de vestuario que proponía la de Benidorm la aceptaba la joven y todo parecían problemas…
¡Y no sabéis hasta qué punto! Cuando ha llegado el momento del cambio, y Cristina, tras haber accedido a no cortarle un centímetro de cabellera, Elisa aparecía por la pasarela insegura, dubitativa sin dejar de mirar su colorida ropa. Rodríguez había elegido para ella una falda larga rosa chicle, zapatillas Converse, un jersey XL blanco con corazones y un chubasquero amarillo. El pelo, recogido en una gran coleta de caballo, alta y cardada, había sido coloreado de naranja. Cuando la ha visto aparecer, su madre lloraba de la alegría y el amigo que la acompañaba no paraba de hacer espavientos. Elisa ya sabía que algo no andaba bien. El chico se reía del cambio y ha puesto en tela de juicio el trabajo realizado por la estilista, “¿es que no había nada más chillón?” decía con sorna, y Cristina contestaba, “si le hubiera podido poner un sistema de riego en la cabeza también se lo habría puesto”. Notaba que estaban desaprobando su trabajo, lo que ha hecho que se venga abajo. Elisa solo quería mirarse y tampoco ha agradecido el tiempo que ha pasado con la figurinista de cine y televisión. Se ha girado, se ha visto de refilón y se ha dado la vuelta. NO SE GUSTABA EN ABSOLUTO. Entonces Cris, muy venida abajo, se ha marchado del plató, y Pelayo no ha dudado en decir a la participante que estaba siendo de lo más “grosera” y que no valoraba nada. En solidaridad con su compañera también ha abandonado su asiento.
Elisa ha aprendido la lección: si no se quiere cambiar, uno no va a un programa de televisión con título ‘Cámbiame’.