En 2008, con 25 años, Virginia Maestro subía a lo más alto del Olimpo de la televisión y de la música. Su rostro, nombre y timbre de voz eran conocidos por todos los fans de ‘Operación Triunfo’. A pesar de no ser gran protagonista en la Academia por su carácter tímido, sí lo era en las galas. Pronto se convirtió en el ojito derecho de Risto Mejide, que hasta se implicó en su carrera musical una vez estuvo fuera del concurso, y hasta la invitó a cantar a su boda con Laura Escanes. Han pasado 10 años de aquello y la vida, así como el aspecto de Virginia no pueden ser más diferentes.
Labuat, como fue conocida durante un (breve) tiempo, ya no se mueve en los circuitos comerciales, ahora es una artista independiente que ha llegado a sacar sus trabajos autoproduciéndolos en colaboración con sus fans a través de proyectos de ‘crowfunding’. Ha cambiado los grandes escenarios por las salas pequeñas y los conciertos en acústico, los bailarines por un ukelele... Y su pelo negro golondrina por un rubio más propio de Massachusetts que de Linares. Esta nueva imagen concuerda a la perfección con la estética country y blues que ahora impregna su trabajo.
Su apariencia, tan distinta a la de hace una década, se ha viralizado en los últimos días aunque lleva más de un año con idéntica imagen. Lo cierto es que un buen número de personas le habían perdido la pista a la dulce Virginia y, ahora, al redescubrirla, se frotan los ojos sin creer lo que tienen delante, pues pensarían que Maestro seguiría con el mismo candor del 2008, su flequillo ladeado, melena planchada y ojos marcados de negro para destacar su mirada. Y si hay algo que no ha cambiado de ella, eso ha sido la mirada. Esa sigue idéntica a cuando Risto posó la suya en ella.
Recientemente, ha tenido que cancelar la gira de Roots por un fuerte dolor abdominal, viéndose obligada a devolver el dinero de las entradas ya vendidas.