Ya no le queda nada. O casi. A tan solo tres semanas de tener entre sus brazos a su segundo hijo –otro varoncito–, Sara Sálamo ha asistido al estreno del musical 'Navidad, Navidad', del grupo Pica-Pica, en el teatro EPD Gran Vía de Madrid. Y no estuvo sola, sino acompañada de su primer hijo, Theo, nacido en julio de 2019, y del pequeño Isco (Francisco), de seis años, hijo del futbolista nacido de una relación anterior.
Guapísima y luciendo una enorme sonrisa, Sara Sálamo no podía ocultar su felicidad. Y tampoco su enorme tripita, imposible de esconder, y es que el bebé puede hacer en cualquier momento, aunque no es hasta la primera semana de enero cuando Sara Sálamo sale de cuentas. Sin duda, será un bonito regalo de Reyes.
El pasado mes de noviembre, Sara Sálamo compartió en sus redes sociales una reflexión acerca de la maternidad y, en especial, de la lactancia materna.
"En julio de 2019 nació mi primer hijo y a pesar de haber jurado y perjurado que no daría la teta... No cumplí con el pronóstico. ¡Qué absorbente! ¡Cuánta entrega! Cuántas lágrimas, cuánto amor... Recuerdo que miraba a mi bebé en esos días que mamaba cada veinte minutos, mañana y noche, y le pedía compasión... '¡No puedo darte más de mí!", le decía.
"Compaginarlo con el trabajo fue bastante duro. De hecho volar hasta Sudamérica con un bebé recién nacido para que siguiera con su teta mientras yo rodaba, es algo que no olvidaré nunca. O aprovechar “la hora del bocata” para reencontrarme con mi fiel amigo el sacaleches y pedir neveras allí por donde fuera para poder conservarla hasta que llegara a casa después de jornadas larguísimas", continuaba Sara.
"Ocho meses y medio más tarde, comenzó el destete. Y lo viví como si fuera un duelo terrible. Llevaba ya un par de meses deseando que fuera el último día y a la vez negándome a que terminara. Estaba exhausta. Así que por todo esto, pensar que vuelvo a empezar con esta guerra de emociones en un mes y medio, me da tanto vértigo como congoja", concluía la actriz canaria.
Seguro que con la llegada de su segundo hijo, todos esos miedos y esas angustias se disipan en cuanto le vea la carita.