Volver a poder disfrutar del aire fresco y el solecito matutino le tienen que haber sabido a gloria a Sara Carbonero. La presentadora tiene pendiente ponerse a tope con los buenos hábitos y los propósito de Ano Nuevo, pero a lo único a lo que ha podido estar agarrada estos días es a los pañuelos de papel y a los medicamentos para superar el superresfriado que ha tardado en abandonarla. "No volváis en tres semanas", le decía a los virus desde sus redes sociales.
La periodista no ha tenido más remedio que quedarse en casa dejándose mimar y cuidándose. Lo que ha llamado sin perder el humor y ya más recuperada como un fin de semana a lo "Gran Hermano". A Sara no le sale más que quejarse y es que sí, como dice ella, "vaya rachita" llevan en su casa: cuando no es ella, es Martín y si no Lucas. Los virus les han cogido cariño y no quieren irse de la casa que tienen Iker Casillas y Sara frente a la desembocadura del Duero, en Porto.
Pero ya puede respirar tranquila. Estos días ya se encontraba mejor y, a cara lavada, se ha ido a dar un reconfortante paseo por una de las zonas preferidas de la ciudad que la ha adoptado. Se trata de la calle Miguel Bombarda, una de las zonas más de moda de Porto y cuyas calles están decoradas con vistosos graffitis y otras muestras de arte urbano.
Como ya no tiene excusa, Carbonero se ha propuesto seriamente empezar a introducir los buenos hábitos en su día a día. Y una de los objetivos que se ha marcado es empezar a hacer yoga. La expresentadora de 'Quiero ser' ha recurrido al libro que ha escrito Vanesa Lorenzo para ponerse a ello, tal y como parece que le prometió a la modelo, pareja del exfutbolista Carles Puyol. "Si después de lo bien explicado que está todo con esas fotos tan bonitas no me animo a ponerme en serio con el yoga, nada lo conseguirá", ha escrito. Todo es ponerse y tener constancia, Sara, en nada te vemos convertida en una yogi experta.