Sálvame: Lydia Lozano, traicionada por Lourdes, exmujer de Camilo Sesto

La periodista y Lourdes Ornellas mantienen una relación de amistad desde hace treinta años, pero ahora parece herida de muerte

¡Qué mal trago ha pasado Lydia Lozano este lunes! La periodista ha derramado amargas lágrimas tras sentirse traicionada por Lourdes Ornellas, exmujer y madre del hijo de Camilo Sesto. Y es que se ha enterado "a través de la escaleta el programa" que ha ofrecido una entrevista en exclusiva a su compañero Kike Calleja.

Lydia, que le ha dado la enhorabuena a su compañero, ha reconocido que le ha sentado mal que la expareja del cantante no se lo comentara, dado los largos años de amistad que comparten. Y es que su relación no solo ha sido muy estrecha, sino que se ha prolongado durante treinta años, que se dice pronto. Una amistad que ahora parece herida de muerte o al menos atraviesa un profundo bache. "Han sido treinta años de recibir llamadas de madrugada, diciéndome que llame a Cristobal Hueto [persona de confianza de Camilo Sesto]. Llama muchas veces a Charlie [su marido], ha estado en mi casa y hemos comido juntas", detalles que resumían la buena sintonía que ha habido siempre entre ambas mujeres. "Y no me da la entrevista...", decía con fastidio.

La colaboradora de 'Sálvame' ha reconocido en plató que ambas discutieron en Navidad y, desde entonces, la relación no se habría arreglado. Kike ha comentado que Lourdes está dolida con ella porque, según le ha comentado, "te pide una serie de favores, y no le coges el teléfono pero cuando tú la necesitas, ella siempre está. Además, dijiste que a partir de ahora la defendiera yo".

Para Lydia ha sido escuchar demasiado y no ha podido contener las lágrimas. La periodista ha negado la información de Calleja y ha contado su versión de los hechos: su confianza con Ornellas ha sido enorme, hasta el punto de conocer informaciones muy comprometedoras que no ha sacado a la luz por respeto y por protegerla, pero ha visto que lo que ha recibido ahora de ella son solo desprecios. Su desilusión no la dejaba hablar y Paz Padilla, que entendía perfectamente sus sentimientos, ponía en palabras su amargura: "Durante muchísimos años la ha usado de paño de lágrimas y ha ido con mucho cuidado con las informaciones que le ha dado. Y ahora ha ido hablando muy mal de ella".