Kiko Matamoros no ha querido eludir sus deberes profesionales esta difícil tarde de miércoles. El Defensor del Pueblo ha acudido al plató de 'Sálvame' para hacerse cargo de su sección semanal el mismo día que, desde Lecturas, hemos publicado en exclusiva la impactante noticia de su separación de Makoke. Una información que ha cogido a todos por sorpresa, no por improbable, pues han protagonizado muchas idas y venidas en los últimos años, sino por ser el ejemplo de matrimonio sólido después de veinte años juntos. Una decisión inesperada, pero inevitable para la pareja, que ha entrado en una vía de no retorno. Su historia de amor se encuentra ya escribiendo las líneas de su epílogo.
Con gesto visiblemente severo, pero contenido, Kiko se ha enfrentado a las muchas preguntas que genera esta dura coyuntura por la que atraviesa. La procesión va por dentro, como ha ido en los momentos más complejos que ha vivido recientemente a propósito de los controvertidos encontronazos que ha protagonizado con su hijo Diego.
Con una honestidad brutal y "sereno", en su tarde más incómoda, ha ofrecido su entrevista más personal en televisión."No estoy feliz, pero creo que razonablemente bien. Estoy disgustado, porque es una decisión que afecta a más personas", han sido las primeras palabras que ha pronunciado Matamoros.
Sin posibilidad para la reconciliación
Ha reconocido que "Makoke dio el paso", pero ha negado que haya terceras personas. "Desgraciadamente no hay terceras personas, porque eso se podría solucionar", ha dicho con cierta tristeza. También ha aclarado que "no hay posibilidad para la reconciliación, porque no hay un detonante. Es una ruptura basada en un desgaste de la relación". Kiko entiende que "es difícil en veinte años mantener vivo el fuego de una pareja. Creo que nosotros que sabíamos cuál era el punto en el que se encontraba nuestra relación y podíamos contar conque esto podía suceder", ha matizado. Con mucha naturalidad y ni un atisbo de orgullo, ha reconocido que, en caso de que Makoke rehaga antes su vida después de la ruptura, "no sé si estaré preparado para verla con otro hombre, pero si no lo estoy, tendré que comérmelo con patatas". En este caso, sabe que los amigos se convierten en la mejor solución para hacerlo todo más llevadero.
Si algo ha destacado en el tono que ha usado Kiko, además de la amargura de estar viviendo esta situación, es el agradecimiento hacia Makoke que destilaban sus palabras. Ni pizca de resentimiento. Y es que para el tertuliano, su vida con Makoke "ha sido un regalo". "He tenido mucha suerte con ella y porque se haya cruzado en mi camino, por lo que no me voy a quitar la alianza", ha confesado.
Balance de veinte años de relación
La ternura se colaba en sus palabras, tan emocionadas como su mirada, al hacer balance de su unión con Makoke y al desear un fin a la altura de su amor: "Me separo con las ilusiones ya agotadas y reconociendo que ha sido la mujer de mi vida, y que he sido muy feliz con ella durante mucho tiempo. Me separo pensando que no me la he merecido, porque ha puesto ella más de su parte. Me separo porque las parejas dan de sí lo que dan de sí y estirar las relaciones es perjudicial. Nos hemos querido muchísimo. Por la felicidad que nos hemos dado merecemos tener una ruptura civilizada".
Muy generoso con cada pregunta que se le ha realizado durante su sección, el patriarca del clan Matamoros ha reconocido que no es una decisión que le haya cogido "por sorpresa" y ha "entendido" que Makoke haya dado este paso. Es más, ha hablado de haber "recibido varios avisos" antes de que se precipitara todo.
"Nadie lo está pasando bien"
Kiko Hernández le ha preguntado si han sido muchas veces las que se ha visto sorprendido por las lágrimas después de separarse y, muy elocuente, ha respondido: "No se trata de cuántas veces he llorado ahora, sino de cuántas veces he llorado hasta que me he separado, porque se trata de un proyecto que ya no es viable". "Hay cosas que desgastan la relación, pero pueden haber sido cosas de la vida cotidiana que han hecho que todo se desarrolle así al final. Al final, lo que hay son 20 años de relación donde hay momentos mejores o peores, y te das cuenta de que no evolucionas de forma paralela", ha reflexionado con un poso de amargura.
El padre de Laura Matamoros ha revelado que sigue viviendo en su casa de La Finca mientras sigue adelante la separación, y hasta que la vendan. También ha hablado de que se casaron "en régimen de separación de bienes", pero ha declarado que "el tema económico me trae sin cuidado, porque tengo suficiente confianza en mí mismo para salir adelante".
Asimismo, aunque su hija Anita es la que ha sentido con más fuerza el dolor de esta coyuntura, reconoce que "nadie lo está pasando bien y lo que quiero es que nadie lo pase peor de lo necesario". Por eso, ha querido enviar "un beso a mi hija Ana y a Javi, que lo están sufriendo con nosotros, y especialmente a Makoke".