Los 48 años de Mónica Pont han marcado un antes y un después en su vida. La modelo, que no podía estar más feliz por celebrar su cumpleaños en la nieve, sufrió un grave accidente mientras esquiaba que le hizo temer por su vida. Lo suyo fue muy mala pata y no vio un desnivel de más de 2 metros.
“Me caí con tan mala pata que me caí de cara y mi rodilla rotó e hizo crack”. Entonces los servicios médicos fueron a recogerla a la pista y su rescate no pudo ser más incómodo e incluso llegó a pensar que iba a morir. “Les dije: ‘me estáis matando, me estáis matando’”, cuenta la modelo catalana al sentir cómo la nieve, al bajar por la pista el camilla, le estaba impidiendo respirar.
La rotura del ligamento cruzado es lo que la mantiene en absoluto reposo en casa sin poder cumplir uno de sus sueños: grabar una película en Hollywood, tal y como había planeado antes del accidente. “Son siete u ocho meses sin poder andar bien”, cuenta en ‘Sábado Deluxe’.
“Tengo un proyecto de una película que es una coproducción con España y América y todo esto se ha visto paralizado y no sé si podrán esperarme para hacer este rodaje. La verdad es que si ni siquiera he hablado con EE.UU”, relata.
En cuanto entró en el quirófano, Mónica Pont era consciente de que a partir de ese momento iba a ser “totalmente dependiente”. “Y yo siempre he presumido de ser una persona fuerte e independiente y el tener que estar postrada en una cama o sin poder subir unas escaleras para mí todo esto es un mundo”.
Y a este mal momento personal se le añade que se siente muy sola. “Esto me ha pasado en el peor momento de mi vida, en el que más sola estoy. Aparte de mi madre, no tengo a una pareja al lado para poder cuidar de mí”.