Los últimos meses han sido muy complicados para Bertín Osborne y su familia. Desde que Kike estuvo ingresado en la UVI por la rotura de los dos fémures, el cantante y presentador está muy preocupado por su salud.
Kike nunca se suele quejar y el día que lo hizo tanto Bertín como Fabiola no se podían hacer una idea de lo que estaba por venir. “Estos niños niños son bondad. Entonces empezó a chillar y pensé que era un calambre y Fabiola fue a darle masajes y tenía el fémur roto”, contó.
"Lo que me preocupa es cuando no esté yo, eso me da terror, qué será de él cuando no estemos nosotros... Eso no me deja dormir por las noches", admitió.
“Somos una familia muy grande y todos nos queremos, pero una persona así no es cómodo y hay que hacer un sacrificio enorme”, reconoció antes de ensalzar el papel de las madres. “Los niños, cuando quieren ir al zoológico llaman al padre, cuando tienen un problema llaman a la madre”.
“Pero tu hijo, cuando tuvo lo del fémur dijo ayúdame papá”, le recordó Lydia Lozano. Y respondió emocionado: “no me saques eso, Lydia, que no puedo con eso. Es un niño que habla muy poco y me miró con esa cara de ángel y me dijo: “ayúdame”. Y entonces Bertín se emocionó.