Ruth Lorenzo: "Ahora mismo estoy pasando por un brote de anorexia y bulimia"

La cantante se sincera con Pepa Bueno en su Chester

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Como bien decía Pepa Bueno al comienzo de la entrevista, Ruth Lorenzo pareciera que en vez de 32 años hubiera vivido 132 años. Éxitos desbordantes, huidas hacia delante, tropiezos, inseguridades… Lo de esta murciana da, no para una biografía, sino para una saga. Dice que a consecuencia de “estar mal del coco”, a “ser una inconsciente” ha podido ser tan echada para adelante. “En el casting de Factor X mentí como una bellaca”, aseguraba, dando una muestra de todo lo que había hecho por tal de luchar por su sueño. A los del programa británico les aseguró que era residente en el Reino Unido para tener la oportunidad de concursar. Y vaya si la tuvo. Se metió en el bolsillo a público y jurado y consiguió una fama que le impidió coger el metro durante el año siguiente.

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Pero su vida no sólo ha estado llena de sorpresas agradables. La murciana se refiere a un hecho que prendió la mecha de todas sus inseguridades, “alguien me robó la autoestima”, pero prefería no entrar en detalles. Era algo que le ocurrió de muy pequeña, siendo niña. Una herida tan profunda que aún hoy tiene que seguir tratándose con ayuda psicológica. Este desagradable incidente, mezclado con que Ruth se enterara de que su padre no era su padre biológico, hizo  que la niña comenzara a torturarse. “Empecé a dejar de comer. Y cuando se notó, empecé a vomitar”. De la anorexia pasó a la bulimia, unos castigos que se autoimponía a su frágil cuerpo y que, a día de hoy, sigue auto infligiéndose. “Ahora mismo estoy pasando por un brote de anorexia y bulimia”, confesaba, dejando claro que la persona que padece estas enfermedades es como el adicto al juego o al alcohol, que es algo que siempre le acompaña y que a la mínima puede hacerle recaer. Pero Ruth, según le contó a Pepa Bueno desde ese Chester cuajado de flamencos, su animal favorito, ahora mismo se encuentra en tratamiento haciendo todo lo posible por vencer a la enfermedad.

 

Criada en la fe mormona, Ruth le debe estar en el mundo a una pareja de mormones que detuvieron a su madre cuando esta se dirigía a Francia a abortar. Si no hubiera sido por ellos, ella no habría nacido. Aunque hay cosas de esta religión que le parecen muy acertadas, como rechazar las drogas y el alcohol, al ser "una rebelde nata" también hay otras con las que no está nada de acuerdo, como demonizar la homosexualidad y el voto de castidad hasta el matrimonio.

 

Repasó su ascenso meteórico cuando sólo tenía 25 años, un contrato por cinco discos, una casa al lado del Támesis, un millón de libras… lo devolvió todo porque “no podía venderme”. “No lo vi. Que le den al dinero. Esa no era yo”. Odiaba pensar que se convertiría en “un juguete roto”, en un ‘one hit wonder’, alguien con la que la compañía se forra, pero que pasado un tiempo, la gente se olvida de ella. Y así, después de no haber tenido dinero para comer, volvió a España.

 

Y de no tener nada y haber rechazado el oro y el moro con el que le habían regalado el oído, a ser escogida como la representante española para Eurovisión 2014. Se abría una nueva ventana para esta cantante peleona, que tiene claro lo que quiere, y, sobre todo, lo que no quiere.