El jueves pasado en la gala de ‘GH VIP 8’ se vivió uno de los momentos más emotivos y a la vez más difíciles, sobre todo para Marta Castro (39 años). La concursante tuvo que decidir si gastar dinero del premio común para poder ver a su novio, Rodri Fuertes (33 años), el cual había manifestado echar de menos en más de una ocasión. Sin embargo, la propuesta fue rechazada y expresó ser suficiente con saber que estaba ahí, sin necesidad de poder verlo o tocarlo.
Sin embargo, la reacción de Rodri en un principio parecía que le había molestado que su novia no accediese a gastar dinero para poder hablar con él. En pleno directo la presentadora le preguntaba lo que le parecía la decisión de la participante y él no dudó en manifestar que sí hubiera gastado dinero para poder mantener esa conversación con ella, en lo que pareció un reproche ante la negativa de haberse podido ver o, al menos, hablar.
La reflexión de Rodri Fuertes
Casi una semana después, el que fuera novio de Adara Molinero (30 años) ha querido lanzar una pequeña reflexión en sus redes sociales, con la que demuestra que para nada está enfadado y que el amor que siente está por encima de todo. “Las cosas buenas que construimos terminan construyéndonos”, escribe junto a un vídeo de la pareja en un momento divertido en el que él la coge a ella y ambos ríen.
De esta manera, Rodri ha querido aclarar todo el revuelo que se había formado en las redes sociales con sus primeras palabras. No obstante, es totalmente comprensible que al que fuera concursante de ‘Gran Hermano’ le molestase haber subido hasta la casa de Guadalix de la Sierra con la intención de poder ver o, al menos, hablar con su novia y finalmente no pudiera hacerlo. Por ello, el motivo de esta importante reflexión con la que zanja toda polémica generada.
Marta Castro planta a Rodri Fuertes en ‘GH VIP 8’
La asturiana había hablado una y otra vez con sus compañeros de la casa lo mucho que echaba de menos a su chico. También destapó un pacto que había hecho con él y por el cual se había incluso enfadado tras este no cumplirlo. Este no era otro que el de subir hasta la casa con un megáfono y gritarle para que ella pudiera aguantar toda la presión y saber que seguía estando ahí y también como una señal de que le estaba gustando su concurso.
A Marta le pusieron unas imágenes de su chico subido a una grúa en las puertas de la casa donde vive ella en la actualidad. La presentadora le ofreció una conversación con él que le costaría 100 euros del premio final por el establecimiento de llamada. Además, por cada 10 segundos que hablase con él se le irían restando también otros 100 euros. “Es lo que más me apetece del mundo pero el premio no es mío, es de todos, es de quien gane el concurso. En su día dije que no lo iba a gastar”, decía entre lágrimas.
“Te juro por Dios que se me parte... Me da mucha pena pero no puedo porque no es mi dinero. Sé que hay gente que ha podido hablar con familiares. Me muero porque le veo ahí pero solo con verle ya me da fuerzas para estar no sé cuánto tiempo más. No me voy a gastar el dinero del premio”, añadía reiterando su idea de mantenerse firme en su decisión por mucho que le costase y sufriera por ello.