Aunque solo han pasado dos años desde que Rocío Flores se estrenara en televisión como defensora de Antonio David Flores en 'GH VIP 7' parece que ha transcurrido toda una vida. La transformación de la hija de Rocío Carrasco ha sido radical, no solo en lo referente a su experiencia frente a las cámaras sino también en todo lo relativo a su imagen física.
Su paso por 'Supervivientes 2020' fue el primer paso de su gran cambio. Rocío Flores perdió más de 15 kilos durante su estancia en Honduras y lejos de sufrir el 'efecto rebote' que han padecido muchos de sus compañeros a su regreso a casa, la joven siguió adelgazando hasta lograr la figura estilizada de la que presume en la actualidad.
La colaboradora de 'El Programa de AR', que actualmente está cursando estudios de Nutrición y Dietética, mantiene su peso con una dieta sana y ejercicio aunque no duda en darse algún que otro capricho. Rocío Flores asiste asiduamente al gimnasio, practica sesiones de boxeo... pero si hay algo por lo que siente absoluta predilección es por los tratamientos estéticos corporales.
Este jueves, Rocío Flores "estrenó" un nuevo tratamiento en su centro de estética de confianza con el que ha logrado dar un plus de bienestar a su figura: "Vine a probar un tratamiento para reducir, tonificar y moldear", compartía en redes sociales.
Tal y como cuentan desde el centro, se trata de una maquinaría que reactiva el mecanismo celular a través de un masaje en aquellas zonas que se quieren mejorar. De esta manera, se eliminará esa grasa localizada tan incómoda. Un tratamiento "perfecto para afinar las zonas más rebeldes y conseguir esculpir el cuerpo sin agredirlo ni dañar la piel".
Cada día es más evidente su cambio físico y es que en las fotografías más naturales queda patente su transformación. Hace solo unos días, compartía una imagen en la que aparecía ataviada con unos leggins negros y camiseta del mismo color, una instantánea a priori sin importancia pero donde se aprecia perfectamente lo delgada que está.
Todos sus retoques estéticos
Al margen de la alimentación y el deporte, la nieta de Rocío Jurado se ha sometido a algún que otro retoque estético. Hace algunos meses, se realizó una bichectomía, intervención quirúrgica en la que se eliminan las bolsas de grasa o bolas de Bichat que dan como resultado un rostro más anguloso y estilizado. También se ha retocado los labios y la nariz con ácido hialurónico y ha corregido su sonrisa gracias a la clásica ortodoncia. Una larga lista de tratamientos con las que Rocío está encantada.