Rocío Flores envía un contundente mensaje a escasos minutos de que su madre, Rocío Carrasco, contara por qué David no vive con ella

Rocío Flores, que había capado los comentarios en sus últimas fotos publicadas en Instagram, en esta foto sí los ha permitido. Se la ve pensativa, mirando al infinito, en una terraza de Madrid. La veinteañera ha pasado un par de días por trabajo en la capital y ayer por la noche, justo cuando se emitía el documental, viajaba de vuelta a Málaga, la ciudad que lleva siendo su hogar desde que tenía 15 años y se marchó de casa tras agredir a su madre.

No están siendo días fáciles para Rocío Flores. Cada martes y cada jueves tiene queescuchar a la mujer de su padre, Olga Moreno, hablar sin parar de ellos y de su madre, a pesar de que ella, expresamente, le había pedido que se centrara en el concurso y en aprovechar la experiencia. La joven repite que ha hablado con su padre “lo que ha tenido que hablar”, y le ha dicho aquello que no le parecía bien. La influencer en ciernes ha admitido estar siguiendo el testimonio de su madre, pero de momento, no quiere responder, aunque ha dado pinceladas en el programa en el que colabora. Ana Rosa Quintana, le ha brindado su plató para que dé su versión, pero ella, de momento, no ha recogido el guante.

Rocío Flores, desde que empezó ‘Supervivientes’, lleva una vida frenética. Pasa mitad de la semana en Madrid, por cuestiones laborales, y mitad en Málaga. En Madrid se ha construido un pequeño grupo de amigos con los que sale a comer y de compras. En este viaje a la capital la acompañó su chico, Manuel Bedmar que, siguiendo los pasos de influencer de su novia, también se va a retocar su sonrisa como parte de una colaboración con la clínica dental.

Rocío Flores “vive” y su madre es lo que intenta.Y, precisamente para ello, contar su historia está siendo esencial.