Hace unos días, Rocío Flores decidió hacer –a través de la red social Instagram Live– un intercambio de impresiones en directo con sus cerca de 25.000 seguidores. Cuando le preguntaron cómo estaba la relación con su madre, Rocío respondió: “A mí no me pasa nada con mi madre, lo que pasa es que ni me va ni me viene. Mi madre me da igual”. También le preguntaron por las Campos, a quienes Rocío Carrasco considera su familia. “No conozco a la hija de Terelu ni tampoco conozco a Terelu. Con eso te lo digo todo”, dijo Rocío.
La joven es especialmente activa en las redes y hace tiempo también escribió que su madre se llama Olga.
Uno de sus últimos mensajes en redes no dejan lugar a dudas, y en él asegura que “conoció la felicidad no hace mucho tiempo”. “Tengo todo cuanto quiero, y que amo todo lo que tengo”, remata en una de sus publicaciones más recientes.
La joven, que vive en Málaga, emplea las redes para dejar píldoras sobre su estado de ánimo. Cómo se siente, qué anhela o qué le perturba. Leer sus estados es bucear en la Rocío más íntima, es que se ha hecho fuerte a base de encontronazos familiares con la que debería ser la mujer más importante de su vida: su madre. Pero ya lo dice, “ni le va, ni le viene”. Cuando esta se casó en septiembre ninguno de sus hijos acudió a la exclusiva celebración, que tuvo lugar en Madrid el 7 de septiembre, y en el que el recuerdo de ‘La Más Grande’ estuvo de lo más vivo. Parece que eso, ahora mismo, es lo único que las une, su cariño desmesurado a la figura de Rocío Jurado.
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