¡Esto marcha! Rocío Crusset cada vez parece más cómoda al lado de su nuevo novio, Juan Betancourt. Los dos se han convertido en una de las parejas más atractivas del panorama rosa. Y no es para menos cuando tenemos en cuenta la profesión de ambos: modelos.
Los dos están paladeando las mieles de los primeros meses enamorados en los que todo supone una novedad excitante, como conocer a los amigos de tu pareja. Rocío ya lo ha hecho y parce entenderse fenomenal con ellos. Tanto, que ya comparten salidas por Malasaña a uno de los bares preferidos de la reina Letizia.
Aprovechando que está pasando unos días en Madrid, Crusset, que tiene la agenda plagada de viajes, está descansando y pasando tiempo con su chico, con el que hace pocos días lo veíamos en Milán. Tras esta quedada en Malasaña, Rocío se marchó sola, un amigo le dio algunas indicaciones acerca de direcciones y se despidieron. Tras esta cita con amigos, ella se marchó dando un paseo hasta su casa, mientras que Juan condujo el coche de la hija de Mariló y Carlos para acercar a sus amigos a sus respectivas casas.
Para narrar la historia de amor de estos novios hay que retrotraerse hasta verano, cuando los rumores de una incipiente relación empezaron a correr. Y, aunque no han confirmado su romance, no ha sido necesario dado lo cariñosos que se dejan ver por las calles y en sus encuentros.
Antes de salir con el modelo cubano, Rocío estuvo enamorada de un amigo de Sevilla de toda la vida, Jaime Soto, músico como su padre, José Manuel Soto.