A estas alturas, cuando la docuserie de Rocío Carrasco llega a su penúltimo episodio y encara la recta final, no cabe más que asumir que se ha cometido una enorme injusticia con ella. Este miércoles 19 de mayo, Rocío Carrasco aclara todo lo referente a la guerra judicial que mantiene con Antonio David Flores, tanto la denuncia por malos tratos que le interpuso como la querella por presunto alzamiento de bienes. A apenas dos horas de la emisión de 'Dejándonos la piel', Telecinco ha vuelto a emitir un avance esclarecedor, un ejemplo más de las inaceptables actitudes que ha tenido que soportar, simultáneamente a su silenciada cruzada personal y familiar contra Antonio David Flores y tras haber perdido "el amor" de sus hijos, David y Rocío Flores, "víctimas de su padre".
En las nuevas imágenes de 'Rocío, contar la verdad para seguir viva', Rocío Carrasco retrocede en el tiempo, hasta mediados de julio de 2017, cuando tuvo lugar la vista por la denuncia contra Antonio David Flores, alegando "maltrato reiterado". Su rostro, la postura de su cuerpo son el reflejo de la presión, el sufrimiento y la tristeza que la acompañaban ya desde hacía mucho tiempo. A aquella situación tan compleja y que ponía a prueba todos los límites conocidos, se convirtió en una fiesta del odio contra Rocío Carrasco, de la que ha hablado ahora con la amargura de quien sabe que, por mucho que lo cuente ahora y la escuchemos todos, no se puede consolar a aquella Rocío Carrasco hundida y que fue machacada.
Rocío Carrasco entraba con rostro serio y cansado a los juzgados de Alcobendas. "Pedimos al juzgado de Violencia sobre la Mujer que fuera la Unidad de Violencia sobre la Mujer quien hiciera la valoración de todos los informes psiquiátricos de todos estos años que aportamos y que emitieran un informe", recuerda, "ese día estoy en la entrevista durante cinco horas", continúa, "contándole a tres personas desconocidas lo que había sido mi vida durante veinte años". Un interrogatorio que pondría al límite al común de los mortales, pero que era necesario para seguir adelante en su búsqueda de justicia.
Lejos de encontrar empatía, Rocío Carrasco se lamenta de los durísimos comentarios que le dedicaron, con aquellas imágenes emitiéndose una y otra vez en televisión, sacándole punta, y siendo especialmente dura con ella. "Esas imágenes son mías", afirma calmada, pero con la convicción de que aún hay mucho dolor que reparar, "se han reído después de mí, diciendo que si no iba teñida para dar pena". A pesar de todo, lo vivido y soportado, Rocío Carrasco alberga la esperanza de que el suyo "todavía no es un caso cerrado".