La muerte de Rocío Jurado dejaba a una familia totalmente fracturada. Su hija, Rocío Carrasco, se sumerge en sus recuerdos y desgrana cómo ha ido rompiendo vínculos con su familia mediática en el documental 'En el nombre de Rocío'. Hay lazos que se rompen, cuyo proceso de ruptura es más doloroso que otros. El que la unía a su prima Rosario Mohedano está impregnado de decepción. Coloquialmente hablando, Rocío Carrasco se ha llevado un chasco con la hija de Rosa Benito y Amador Mohedano. No existe un detonante claro, pero sí una desilusión y cansancio que iba en aumento. "Chayo no se ha portado bien conmigo", sentencia con tono agridulce.
La boda de su prima Rosario
Rocío Carrasco participó en el último gran evento familiar después de la muerte de su madre: la boda de su prima Rosario Mohedano con Andrés Fernández, en 2011. Un recuerdo que trae a su mente un abanico de sensaciones y emociones contradictorias. "Lo primero que se me vino a la mente fue la imagen que yo tenía con mi madre abriendo la puerta de su dormitorio vestida de blanco. Eso fue lo primero", cuenta Rocío en el nuevo capítulo de 'En el nombre de Rocío'. "Intente bloquear, intenté pensar que estaba en otro sitio e intenté disfrutar lo máximo posible de lo que era la fiesta de la boda de Chayo", continúa.
Primas, amigas y confidentes, durante años mantuvieron una estrecha relación que Rocío quiso proteger de las tensiones familiares en las que ya había empezado a verse envuelta. De ahí, que aceptara ir acompañada de Fidel e intentar disfrutar del momento. "Primero, porque yo con Chayo siempre tuve una relación muy buena, entonces yo, porque tuviera escollos o porque yo tuviera historias con sus padres o sus tíos, bajo mi punto de vista, eso a ella no le debía de salpicar", afirma. Asimismo, quiso evitar que se "especulase otra vez" y que se hiciera más grande la bola de "lo que se venía diciendo".
El motivo de su enfriamiento
Sin embargo, durante el enlace vio situaciones que le chirriaron muchísimo, como que su tía Gloria Mohedano, se sentara en la mesa de los novios, ocupando el sitio que le habría tocado a su madre. "A mí no me llama la atención, porque es lo que he vivido de pequeña, que Gloria estaba hasta en la sopa", apunta, "al final, si hubiese estado Rocío Jurado viva seguramente se hubiese sentado en esa mesa. Estaba ocupando el lugar que hubiese ocupado mi madre", asegura.
"Harta" de que le pregunten por una posible reconciliación con los miembros de su familia reconoce que, hoy por hoy, el vínculo que no ha podido salvar ha sido con la hija de Amador y Rosa. "Esa relación que había se ha enfriado y ella no se ha portado bien conmigo", confiesa. "¿Sabes lo que pasa?", continúa explicándose, "yo me voy encontrando que a personas a las que no les he hecho nada, que solo les he ayudado, porque a Chayo también se la ha ayudado y ella sabe que lo que estoy diciendo es cierto, lo que voy recibiendo de todas ellas son hostias". "No son otra cosa", subraya.
Rocío aclara que no ha tenido "ni una discusión ni un desencuentro ni una pelea ni una palabra más alta que la otra" con su prima Rosario, pero la sensación agridulce y última que alberga en su interior es que "ella no se ha portada bien conmigo". A veces, no hay estado peor que sentirse decepcionado con alguien que ha sido importante en tu vida.